Silvia Akie Mizuno Morimoto es la representante residente del PNUD en Paraguay. Ella es brasileña, tiene 53 años, es contadora pública y administradora de empresas. En cuanto a su vida personal, es casada y tiene una hija de 25 años.
“Soy brasileña, de la quinta generación de japoneses que migraron a ese país. Mi padre fue el primero de sus hermanos en acceder a educación formal y por eso siempre valoró mucho las posibilidades de formación, invirtiendo en una buena educación para sus hijas. A mi madre, sin embargo, le prohibieron estudiar”, explica Silvia sobre sus raíces.
Desde niña soñaba con trabajar en la empresa de su familia, por eso estudió Administración de Empresas y Contabilidad.
“Mis padres me enseñaron desde pequeña la importancia de principios, como la ética, la integridad, el respeto al prójimo, la humildad, el trabajo duro y a apreciar las cosas pequeñas sin perder de vista el horizonte”, añade.
TRABAJO
Silvia cuenta con casi 30 años de trabajo en gestión y desarrollo, en los que tuvo el privilegio de servir en países complejos con grandes carteras de programas, tales como Brasil, Estados Unidos, China, Myanmar, Argentina y Paraguay.
Actualmente, es representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el cual tiene más de 45 años en Paraguay, trabajando por el desarrollo sostenible del país.
Con relación a esto, algunas iniciativas resaltantes son el sello de igualdad entre hombres y mujeres para instituciones públicas y el sector privado; el fortalecimiento de pequeños clústeres industriales de mipymes; el proyecto Mujeres chaqueñas en red: Nuestro bosque, nuestro saber y nuestro futuro en nuestras manos, que genera fuentes de trabajo para mujeres indígenas, y la Escuela de Formación Política para Mujeres Líderes, que ya tiene más de 550 egresadas.
“Es un honor apoyar a distintos actores que suman al desarrollo del país, y al bienestar de las personas”, destaca.
Entre sus mayores preocupaciones está la desigualdad. “Fui testigo de lo que sucede cuando hay altos niveles de injusticia social y pobreza, eso me inspiró a trabajar para el PNUD, cuya visión y misión admiro”, indica.
A Silvia también le preocupa la desigualdad de condiciones que deben superar las mujeres en todos los ámbitos. “Muy pocas ocupan puestos altos, gerenciales, son CEO o jefas de Estado. En mi trabajo apoyamos varias iniciativas que aportan a disminuir las desigualdades entre hombres y mujeres. Las mujeres somos la mitad de la población mundial, y albergamos la mitad de potencial de éxito y crecimiento en el mundo”, enfatiza.
Para superar los obstáculos, Silvia recomienda a las mujeres el networking, que permite apoyarse en otras personas, así como dar apoyo cuando lo necesiten. Aprender a perder el miedo, a equivocarse, a comunicar y compartir los logros. También recomienda la mentoría. “Soy mentora desde hace más de 20 años, pidiendo siempre el consejo de los más experimentados”, cuenta.
Morimoto manifiesta que desea seguir aprendiendo y compartiendo sus experiencias con las personas, para aportar a un futuro mejor para las próximas generaciones. “Todo lo que hago, lo hago pensando en mi hija y las futuras generaciones”, resalta.
VIDA FAMILIAR
Para Silvia, compaginar la vida profesional con la familiar es una tarea difícil. “Mi familia tuvo que adaptarse a los cambios de país y a mis viajes constantes por trabajo, lo que no siempre era fácil. Asumí cargos directivos internacionales siendo muy joven, donde tuve que cambiar mi forma de ser y de vestir para estar más alineada al estilo del lugar”, comenta.
“Siempre fui muy comprometida y competitiva, lo que me llevaba a trabajar muchas horas, hasta almorzando frente a mi computadora. Mi mayor desafío por muchos años fue el de conciliar el rol de madre, esposa y profesional. Por suerte, mi marido es un gran compañero, llevamos juntos 35 años, compartiendo alegrías y dificultades”, revela.
En sus tiempos libres le gusta viajar con su familia, estar con sus gatitas luqueñas y cocinar para quienes la rodean.
“Amo estar con mi familia. Disfruto mucho haciendo karaoke, bailando, tomando fotos, viendo película o leyendo”, comenta.