En caso que el entorno familiar detecte el cambio radical de comportamiento es necesario que lleve al afectado a un sicólogo o al servicio médico de un hospital con el fin de investigar si hubo violencia sexual.
Aparte de la casa particular, la escuela, que representa el segundo hogar, debe ser el lugar donde también se detecten los casos de abusos de menores, los cuales deben tratar de identificar los docentes, señaló la sicóloga Karina Leguizamón, del Hospital de Clínicas de San Lorenzo.
“Por eso es importante el trabajo multidisciplinario en las escuelas, las docentes detectan indicadores como cuando un chico no aprende, no realiza sus tareas, es callado. La escuela es el segundo espacio donde se tiene que detectar, es el lugar donde pasan los chicos. En la casa no se detecta porque los agresores generalmente son los que están en el entorno”, indicó la licenciada Leguizamón.
El doctor Vicente Bataglia, jefe del Servicio de Clínica Gineco-Obstétrica del Hospital de Clínicas, añadió que debe llamar la atención principalmente el cambio repentino de comportamiento del menor de edad.
Si hay dudas o sospechas se debe recurrir a un servicio especializado médico o al sicólogo para tratar de investigar acerca de un eventual abuso sexual, indicó Bataglia.
El Hospital de Clínicas de San Lorenzo cuenta con un servicio especializado infantojuvenil que atiende casos de niños que presentan rasgos de violencia y tienen un acompañamiento integral. Tras la detección, el centro médico reporta al Ministerio Público para la correspondiente investigación. (Ver infografía).