Miremos a Jesús que nos lava los pies, Él es el «camino, la verdad y la vida», que viene a sacarnos de la mentira de creer que nadie puede cambiar. Jesús que nos ayuda a caminar por senderos de vida y de plenitud. Que la fuerza de su amor y de su Resurrección sea siempre camino de vida nueva. (Homilía de S. S. Francisco, 27 de setiembre de 2015).
También les invito a encontrarse con el Señor leyendo frecuentemente la Sagrada Escritura. Si no están acostumbrados todavía, comiencen por los Evangelios. Lean cada día un pasaje. Dejen que la Palabra de Dios hable a sus corazones, que sea luz para sus pasos.
Descubran que se puede “ver” a Dios también en el rostro de los hermanos, especialmente de los más olvidados: Los pobres, los hambrientos, los sedientos, los extranjeros, los encarcelados. ¿Han tenido alguna experiencia? Queridos jóvenes, para entrar en la lógica del Reino de Dios es necesario reconocerse pobre con los pobres. Un corazón puro es necesariamente también un corazón despojado, que sabe abajarse y compartir la vida con los más necesitados.
El encuentro con Dios en la oración, mediante la lectura de la Biblia y en la vida fraterna les ayudará a conocer mejor al Señor y a ustedes mismos. Como les sucedió a los discípulos de Emaús, la voz de Jesús hará arder su corazón y les abrirá los ojos para reconocer su presencia en la historia personal de cada uno de ustedes, descubriendo así el proyecto de amor que tiene para sus vidas.» (S. S. Francisco, Mensaje para la jornada de la juventud 2015).
(Frases extractadas de https://es.catholic.net/op/articulos/17117/cat/330/volveran-a-encontrarse-con-el-padre.html#modal).