Estos eventos resistieron al estrés hídrico de la zona de Cuatro Cañadas del país vecino y se desarrollaron de una manera óptima. “En los monitoreos que hicimos para ver qué plagas atacan a la planta, la Sojapar R24 fue la que menos problemas tuvo en este sentido”, contó Reinaldo Leiguez, técnico de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo, Bolivia.
Estos trabajos genéticos son el resultado de una alianza entre el Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) y el Instituto Paraguayo de Tecnología Agropecuaria. En total hay cinco variedades de Sojapar, siendo la R19 la más utilizada en el país.
La titular de Inbio, Simona Cavazzutti, recordó que hace años habían observado la necesidad de tecnologías para desarrollar plantas que se adapten al clima del suelo boliviano y pensaron en Sojapar como la mejor opción. “Hicimos las pruebas correspondientes y todo salió bien, como esperábamos. Creo que el material nacional tiene un gran futuro en Bolivia”, expresó.
Las variedades participan de la 26º edición de la Expo Soya 2020 en el país vecino, donde los productores locales van conociendo acerca de las ventajas de la genética desarrollada en Paraguay. Ambas tienen la autorización para su uso comercial.
Características. La variedad R75 es de ciclo medio, su maduración se da en 143 a 150 días, mientras que la R45 es semi precoz y su maduración se observa en 132 a 138 días. Ambas son resistentes a la roya y tienen un rendimiento promedio de 3.000 a 4.500 kilogramos por hectárea.
La primera se había lanzado a fines del 2019 junto a la variedad R49. Los técnicos apuntan al uso de estos materiales en la campaña de siembra de este año en una extensión de 500.000 hectáreas.