El empresario naviero Robert Bosch, directivo de la Compañía Marítima Paraguaya SA, salió al paso de la auditoría que impulsa la Marina Mercante para establecer normas de mínima tripulación de las embarcaciones. Planteó que no se debe llegar a equiparar a las exigencias de sindicatos de la Argentina.
Indicó que en momentos de crisis como la actual, donde a la debacle económica y sanitaria mundial por la pandemia, se suma localmente la inestabilidad política, “es donde se necesitan actores claves que transmitan tranquilidad, previsibilidad y apuntalen sectores esenciales que permitirán el sostenimiento y recuperación económica del país”.
Refirió que todos entienden que el sector agroproductivo es el motor de dicha tarea y que el sector de los armadores es el que se destaca por su inversión y evolución para hacer llegar las exportaciones de productos paraguayos y las importaciones.
Bosch dijo que advirtieron con anterioridad “la postura laxa de nuestras autoridades ante reclamos sistematizados de sectores que responden a intereses de sindicatos argentinos, y ese avance continúa sigilosamente con venia de la Dirección General de la Marina Mercante”, recalcó.
En este orden, subrayó que se está impulsando una auditoría para ver las tripulaciones. “Ya tenemos diez a once tripulantes, estamos peleando con el cincuenta por ciento de carga y quieren hacer auditoría. A mí no me consultaron sobre el tema y no estoy de acuerdo con que se pretenda elevar el número de la tripulación, más aún cuando cada vez vienen barcos con alta tecnología que requieren menor número”, enfatizó.
Indicó que la flota de bandera argentina murió porque tiene leyes de los años 40 y que exigen que un barco deba embarcar a 25 personas. “Eso es inviable. Es más, grupos argentinos y uruguayos operan con bandera paraguaya porque en Argentina es imposible navegar”, advirtió.
Recalcó que el anuncio mediático de la fiscalización de la tripulación mínima “a sabiendas de que la Argentina hace años viene desconociendo a nuestra tripulación y los degrada arbitrariamente de categoría, obligando a buques paraguayos la contratación de tripulantes argentinos”.