El Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, gobernada por Hamás, acusó al ejército israelí de haber matado a 19 palestinos que esperaban ayuda humanitaria en el norte del territorio, donde la situación humanitaria es especialmente catastrófica.
El ejército israelí negó esas acusaciones e indicó que según las primeras investigaciones, “no hubo ningún ataque aéreo” contra el convoy ni se constataron “incidentes en que las fuerzas [israelíes] dispararan contra las personas” que aguardaban ayuda.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, urgió desde la frontera de Egipto con Gaza a una tregua, asegurando que “es el momento de un cese el fuego inmediato” en ese conflicto que se inició el 7 de octubre.
“Los palestinos de Gaza, mujeres, niños y hombres, están atrapados en una pesadilla sin fin, (...) generaciones enteras fueron aniquiladas”, alertó desde el paso de Rafah.
El paso terrestre entre Egipto y Rafah es el único de Gaza que no limita con Israel y es el principal punto de entrada de ayuda humanitaria.
Sin embargo, la ayuda para los 2,4 millones de gazatíes entra a cuentagotas desde el inicio del conflicto, debido al asedio casi total impuesto por Israel.
La comunidad internacional presiona además para que Israel desista de lanzar una ofensiva terrestre en Rafah, donde se hacinan cerca de 1,5 millones de personas.
Pero Israel mantiene su intención de llevar a cabo esa operación, por considerarla esencial para su objetivo de aniquilar a Hamás
En la ciudad de Gaza, ubicada en el norte del territorio palestino, el ejército israelí indicó que proseguirá su operación contra el hospital Al Shifa, el más importante de la Franja, hasta capturar al “último terrorista”. AFP