“La Santa Sede está en todo momento lista para ayudar a que los enemigos se acerquen, cara a cara, y hablen, de manera que los pueblos puedan recuperar la esperanza y la dignidad que merecen, la dignidad de la paz”, dijo el Pontífice al recibir en el Vaticano a representantes de las 23 Iglesias católicas de Oriente que están en comunión con Roma. “Los pueblos quieren la paz, y a sus líderes les digo, de todo corazón: ¡Reunámonos, hablemos, negociemos!”, añadió el Papa, nombrado por el cónclave cardenalicio la semana pasada.
“La guerra nunca es inevitable, las armas pueden y deben callar, porque no resuelven los problemas, los agravan”, añadió León XIV, nacido en Estados Unidos y pero que también tiene la nacionalidad peruana por su trabajo como misionero en el país.
“Por mi parte, haré todo el esfuerzo necesario para que prevalezca la paz”, enfatizó el Papa, que sigue la senda pacifista de su predecesor Francisco. El Pontífice dio igualmente las gracias a los cristianos que, “sobre todo en Oriente Medio, perseveran y resisten en sus tierras, más fuertes que la tentación de abandonarlas”. “Se debe dar a los cristianos la oportunidad, y no solo con palabras, de permanecer en sus tierras natales con todos los derechos necesarios para una existencia segura. ¡Por favor, luchemos por ello!”, destacó.
Los cristianos de Oriente Medio son minorías importantes en Irak, Siria, Israel, Cisjordania, Líbano y Egipto. Igualmente hay comunidades cristianas en Irán, Turquía, India y Pakistán. Presentes en Oriente Medio desde los orígenes del cristianismo, en las últimas décadas los cristianos se han visto discriminados por distintos regímenes en esta convulsa región, o incluso han sido exterminados.
SILENCIAR ARMAS. El Papa, en efecto, exhortó ayer a los líderes del mundo a que se sienten a negociar para que “callen las armas”.
El llamamiento llegó en la víspera de la reunión que mantendrán en Turquía representantes de Rusia e Ucrania, sin que el presidente ruso, Vladimir Putin, haya aclarado todavía si viajará para reunirse con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, quien sí ha mostrado su disposición a mantener un cara a cara con él.
“Es cierto: Desde Tierra Santa hasta Ucrania, desde Líbano hasta Siria, desde Oriente Medio hasta Tigray y el Cáucaso, ¡cuánta violencia! Y por encima de todo este horror, por encima de las masacres de tantas vidas jóvenes, que deberían provocar indignación, porque en nombre de la conquista militar muere gente”, recordó León XIV.
Subrayó que “quien siembra la paz pasará a la historia, no quien cosecha víctimas; porque los demás no son enemigos sino seres humanos: No personas malas a las que odiar, sino personas con las que dialogar” e instó a huir “de las visiones maniqueas típicas de las narrativas violentas, que dividen el mundo entre buenos y malos”.
“La Iglesia no se cansará de repetir: que callen las armas”, aseguró.