26 jun. 2025

SE NECESITA UN MINISTRO FUSIBLE EN EL PARAGUAY

La malhadada suerte del ministro de los Deportes (¿para qué se necesita uno ahí?), que está siendo acusado por fiscales de falsificación de documentos, malversación, estafa y otras lindezas, nos lleva a pensar que Lugo -aún practicante de deportes amateur- no da pie con bola a la hora de seleccionar lumbreras para su gabinete.

Pareciera que no tiene tino para hacer una selección de gente meritoria y sólo le quedan los chambones para llenar el expediente.

¿Es que la larga sombra de los gobiernos colorados ha matado el talento de nuestros políticos y profesionales?

La renuncia de Carrillo Iramain no se dio por ineptitud, sino todo lo contrario. Da la impresión de que la actividad privada es más rentable... o que no quiere incinerarse acompañando un proyecto destinado a sucumbir por falta de cerebros.

De todos modos, los ministros que no se alinean, o que se resisten a la honestidad, deben ser cambiados como lámpara vieja. Pero que los sienten en el banquillo fiscal... ya es demasiado. Es como si en vez de currículum, debieran exigir prontuario a los candidatos.

Nada es lo que parece ni parece lo que es. Algunos ministros no fueron elegidos por sus brillantes trayectorias de servicio o sus dotes administrativas, sino como si fueran compañeros de juego del presidente.

Borda, la doctora Martínez y Galeano Perrone son las excepciones en eso de comportarse como ministros y no como comparsas del primer magistrado. En cuanto a los demás, me reservo la opinión, que aún falta verles correr que en la pista se ven los pingos.

Dacak es el primer ministro fusible de la era Lugo, pero está por verse quién lo reemplazará y cuál será el próximo en caer.

Dicen por ahí que hay varios candidatos, pero sería bueno que al menos en el deporte, que de eso se trata, se reciban sugerencias del electorado. Si hay alguna actividad que llena las horas de la gente, es el deporte. De seguro se propondrán directores técnicos o uno que otro ex futbolista, tipo Chilavert, que si bien no es ducho en administración pública, al menos sabe atajar goles de media cancha y penales. Eso sí, a veces los goles de la Fiscalía son difíciles de atajar, aún a cuatro manos.

Celso Aurelio Brizuela

(C.I. 231.674), ex periodista, cantautor y escritor paraguayo.

EL PAÍS DE LA ELECTRICIDAD DE ALTO COSTO

Teniendo como capítulo especial los editoriales escritos con mucha categoría, en su afamado diario, que siempre enfoca inteligentemente la marcha del país en sus distintos ámbitos:

La marcha del país, bajo la batuta del señor Lugo, que en cierto modo no es muy patético, por no ser, desde luego, político de profesión, por lo que en varias oportunidades vacila mucho en sus resoluciones por no contar con la asesoría suficiente para elegir el camino exacto que le conduzca en forma clara y contundente que él necesita para el ejercicio del poder.

Sin embargo, cuenta con el Partido Liberal, que tiene en su fila a personas suficientemente capacitadas, como el vicepresidente y otros personajes que se han caracterizado en su actuación en el Congreso Nacional, con mucha categoría.

Además, cuenta con otros partidos opositores que también pueden colaborar para la marcha del país. He observado que nos ha visitado el secretario general de la OEA, el doctor Miguel Insulza, que está en condiciones para conectarnos con los demás países americanos y hasta europeos.

Materia prima tenemos, pero hace falta explotarlos.

Otro asunto que quiero aprovechar para expresar es lo siguiente: Contamos con dos empresas hidroeléctricas, pero en vez de servirnos de ventaja, más bien es utilizado otro lado.

En nuestro territorio no se puede utilizar (la electricidad). Por ejemplo, las personas de más de 75 años que tienen jubilación no pueden instalar un aire acondicionado porque la mensualidad que deben pagar les corta ese beneficio.

Por eso propongo que las autoridades a cuyo cargo corre este “beneficio”, estudien un costo social que beneficiaría a los que tenemos suerte de llegar hasta la edad que he mencionado más arriba. ¡Veremos!

Juan A. Ovelar.

C.I. Nº 63.050

“LA CORTE SUPREMA” O “YO EL SUPREMO”

Un pensador decía que la democracia es el peor gobierno que ha encontrado, en donde se dice que gobierna la mayoría o el pueblo, o en nombre del pueblo, y al final, sólo gobiernan unos pocos. Pues, el Estado se gobierna con leyes justas y con hombres justos, y no con escombros.

Lo de la Corte Suprema, parece que estos dos términos juntos se convierten lo que son ahora los señores y señora de la Corte Suprema “Yo el Supremo”. Es decir, la Ley del dictador, donde ya cada uno ha traído su silla como el viejo Nicanor, para regir hasta que Dios diga basta.

Pero cómo pensar que vivimos en una democracia, donde las personas mismas se autodenominan inamovibles.

Sin embargo, la ley de la Corte Suprema no parece adecuarse al tiempo de cambio, y desea permanecer por los siglos de los siglos, o más bien hasta que la muerte los separe de sus cargos.

Si me preguntan adónde quiero llegar, les diré sencillamente: Al cambio de las leyes, modificarlas y algunas desecharlas, es decir, tirar al tacho, como se dice. Pero mi intención es que todos los paraguayos y paraguayas nos demos un empujón más para lograr el cambio, y que juntos podemos decidir el futuro del país.

Nosotros los paraguayos somos protagonistas de saber elegir a nuestros representantes, por ello, les llamo a todos, que impulsemos la reforma de la Constitución para que realmente los de la Corte Suprema sean elegidos cada cinco años como cualquier otro candidato electivo.

Esto es una utopía, pero podemos realizar cuando la ciudadanía la quiera y la ejecute para el bien común.

La Corte Suprema debe renovarse cada cinco años, además, debe realizar concurso para poder entrar en la lista de candidatos, para que de la misma forma pueda renovarse de mente y de espíritu el poder que administra la Justicia.

El Poder Judicial debe ser una instancia autónoma para poder ejercer bien la Justicia dentro del marco jurídico.

No soy utópico, sino más bien realista, si pensamos renovar el país y buscar el progreso, desarrollo, no depende de la buena máquina, sino de hombres capaces de llevar adelante las leyes.

Juan Núñez

C.I. 2.112.781