Las autoridades movilizaron 3 helicópteros y tres aviones para combatir las llamas, agregó. En lo que va del año, 8.875 focos de incendio (+486% respecto al mismo periodo del año pasado) se declararon en esa región de gran diversidad de flora y fauna, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de estudios espaciales (INPE).
En octubre hubo 2.430 focos de incendio en esa región, un récord desde 2002.
En la Amazonia, donde hasta agosto la deforestación parecía fuera de control, la situación se revirtió en los últimos meses.
El número de focos cayó de 30.901 en agosto (un récord desde 2010) a 19.925 en septiembre y 7.855 en octubre, un mínimo desde el inicio de la serie histórica en 1998, según los datos del INPE.
Esa disminución se reflejó en la superficie desmatada: 2.255 km2 en julio, 1.702 km2 en agosto, 1.447 km2 en septiembre y 405 km2 en octubre.
La reducción se debió a dos razones: las lluvias caídas en algunas regiones y “la acción del ejército”, movilizado tras las campañas de sensibilización dentro y fuera de Brasil que cuestionaron la política del gobierno de Jair Bolsonaro en la picota, explica Paulo Moutinho, especialista del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (IPAM), una organización científica no gubernamental.
Según Moutinho, tanto en la Amazonía como en el Pantanal los incendios están muy vinculados a la acción humana y raramente se producen por causas naturales. Muchas veces son para limpiar el área y otras por accidente. AFP