El doctor Manuel Fresco, en su calidad de especialista en el combate al problema de las adicciones, evaluó la situación del aumento de consumo de drogas y su asociación con el incremento de los hechos delictivos, especialmente en Asunción y las ciudades periféricas en el Departamento Central.
En este sentido, habló de dos vertientes: la oferta, que tiene que ver con la producción y venta de estupefacientes, y la demanda, que es el escenario donde la persona se inicia en el consumo y tiene problemas por ello.
De acuerdo con el director del Centro Nacional de Control de Adicciones, en el segundo campo es donde debe haber la intervención de las instituciones competentes para tratar de que no aparezcan los casos, realizarse la primera intervención preventiva y hacer un diagnóstico precoz.
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“Es muy importante, en la calle, en la familia, el trabajo de la prevención y promoción de la salud. El diagnóstico precoz requiere de prevención y la internación es el último recurso. Entonces, hay que capacitar a la gente que está en las redes sanitarias”, afirmó.
Sobre este punto, resaltó que la cartera sanitaria tiene un rol clave en la etapa de demanda durante el desarrollo de las adicciones a las drogas y que debe involucrarse en el combate contra este flagelo.
“El Ministerio de Salud tiene un rol muy importante. Ahí entran desde las unidades de salud familiar (USF) y también los hospitales distritales y municipales”, agregó.
Sin embargo, actualmente la Policía Nacional y la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) están más abocadas al combate contra el tráfico y microtráfico de drogas. Por tanto, el profesional de blanco consideró que la cartera sanitaria debe articular los trabajos con las fuerzas de seguridad.
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“El tema de la oferta, si se combate de manera adecuada, va a disminuir la demanda”, acentuó.
La conversación al respecto se inició a partir de lo ocurrido en el Mercado de Abasto, de Asunción, donde los permisionarios denunciaron la inseguridad generada en el lugar desde el momento en que empezaron a rondar adictos en las afueras y dentro de las instalaciones del Abasto.
De acuerdo con un estudio reciente de la Policía Nacional, en los últimos años creció la violencia en la calle y está principalmente en manos de jóvenes que no superan los 25 años, incluso niños, que mayormente son consumidores de drogas.