–¿Cómo ven al Gobierno de Mario Abdo Benítez?
–Vemos esta situación política del Gobierno como preocupante, porque tenemos muchas necesidades en el país. Si hablamos del campesinado, están los precios de la producción, el mercado, la falta de infraestructura para producir mejores alimentos. En este país no existe ninguna solución para estas necesidades. Por otro lado, hay demasiados “sintierras”, y la gente necesita de ella para desarrollarse. No hay esperanza. El Indert no tiene una política que ofrezca una salida a este problema. El Ministerio de Agricultura tiene una política de asistencialismo, para pequeños comités, pero no muestra mayores resultados, lo mismo que el Indert.
–¿Qué piensa de las represiones del Gobierno a campesinos e indígenas?
–Tenemos una preocupación muy grande, los de la UGP (Unión de Gremios de la Producción) dicen que pueden haber 800 desalojos. ¡Eso es alarmante! A través del Indert logramos 1.100 asentamientos, fue lo que ganó la comunidad campesina. Ahora muchos están en peligro y nosotros entendemos que esto es consecuencia de la falta de política del Indert. Nunca nos dieron salida. Muchas comunidades están sin tierra y jamás hubo un seguimiento para encontrar soluciones. Además, está la situación calamitosa en la salud. No hay nada en los centros de salud, y si vamos a los hospitales estos están sobrepasados por los enfermos. El presidente no tiene una política de salud. Lo mismo sucede con la educación. Escuchamos puros discursos.
–¿Qué piensa de la actitud de los legisladores, y el blindaje a diputados con procesos judiciales?
–Lo que sucede en el Congreso es muy grave. Ellos son supuestamente representantes del pueblo, pero el Congreso es un mercado donde existen los que se venden y los que se compran. Para nosotros es muy difícil que eso cambie. No existe justicia. Un caso es el que envuelve a nuestro compañero Genaro Meza, quien está preso injustamente desde hace dos años, y ni siquiera se realiza la audiencia preliminar. Sin embargo, vemos cómo las autoridades políticas se salvan unos a otros, negociando. Por eso decimos que nuestras instituciones están secuestradas por la narcopolítica. Los políticos ya no tienen vergüenza del pueblo al que le pidieron los votos. No luchan por los intereses del pueblo, sino por sus propios intereses. Es más lamentable lo que pasa en la Cámara de Diputados, porque es una institución clave que está en representación de cada departamento.
–¿Por qué recurren a los cierres de rutas, no perjudican a terceros?
–No tenemos esperanza, por eso desde el 28 de octubre haremos una gran movilización, en contra de los desalojos, de la militarización y exigiendo políticas de Estado, para que las necesidades sean escuchadas y atendidas. La situación está empeorando, y ¿cómo responde el Gobierno?, responde a los reclamos con garrote, con la cárcel, con represión. Quieren militarizar el país para reprimir al pueblo que sufre. Nos preocupa este Gobierno, más aún con el nuevo ministro del Interior, Euclides Acevedo, porque él asumió afirmando que no tolerará los cierres de rutas, que son consecuencia de la falta de políticas, de la falta de servicios básicos. Los cierres de rutas son el último recurso que tenemos. Dicen que afectamos derechos de terceros, pero dónde están los derechos de los primeros. Los pobres sobran en este país, eso es lo que transmiten desde el Gobierno. Entendemos que la única salida es la manifestación. ¿Qué podemos encontrar en este Gobierno?, nada vale la pena. Estamos sin tierra, sin trabajo, tenemos hambre, y somos cada vez más pobres. Por eso vamos a movilizarnos desde el 28 de octubre, a nivel nacional, en Asunción, y en las cabeceras departamentales.
–¿Cuáles son las medidas que adoptarán desde el 28 de octubre?
–Tenemos movimientos campesinos e indígenas. Estamos haciendo un trabajo para demostrar que estamos unidos, para buscar verdaderas políticas de Estado. Y declaramos responsable al Gobierno por cualquier situación de violencia contra el pueblo.
–¿Cómo catalogan al Gobierno de Abdo Benítez?
–Supuestamente estamos en proceso democrático, pero no tenemos democracia en la práctica, lastimosamente. Porque para tener democracia el pueblo tiene que gozar de derechos, tiene que tener participación. Debemos tener trabajo, educación, y no hay. Estamos en un retroceso. En el tiempo de Stroessner se militarizó el país, y fue un fracaso, y ahora se está buscando eso de nuevo. Eso quiere decir que el fascismo está presente y seguirá con este Gobierno. Es más, sabemos cómo asumió este Gobierno, con denuncias de fraude, y ahora está actuando precisamente en contra del pueblo. Se está debatiendo el presupuesto y están hablando de construir más cárceles, ¿para quiénes?
–¿Qué tiene que hacer el presidente para mejorar?
–Tiene que poner en práctica políticas de Estado. Tenemos un Estado, en el que tiene que haber representantes de cada sector. En el presupuesto se tiene que tener en cuenta al Ministerio de Agricultura, al Indert, a favor de los campesinos, para facilitar tierras. Tiene que haber un plan. Lo mismo para educación y salud. Hoy hasta los profesionales no encuentran trabajo. No hacemos ni conserva del tomate, y la producción se pierde. El Ministerio de Industria y Comercio tiene que incentivar las empresas que ayuden a los campesinos..
–¿Conversaron alguna vez con el mandatario?
–No pudimos hablar con el presidente hasta ahora. Hasta hoy no nos recibió, pero le entregamos nuestras propuestas hace ya mucho tiempo. Esperamos que nos responda alguna vez.
–¿Hasta cuándo serán las movilizaciones?
–No tenemos fecha límite para las movilizaciones. Vamos a salir el 28 de octubre y veremos hasta cuándo nos mantenemos.
–¿Alguna reflexión final?
–Yo lo que quiero repetir es que es muy preocupante esta situación que estamos viviendo por falta de políticas de Estado. La mayoría de los paraguayos están sufriendo. A la juventud se le niega trabajo, y tampoco pueden estudiar. Ruego a las autoridades nacionales que miren al pueblo. Y le desafío a la ciudadanía a que se organice cada vez más para defender sus intereses de estos usurpadores del poder. Esta situación puede explotar en cualquier momento.
El Congreso es un mercado donde existen los que se venden y los que se compran. Es muy difícil que eso cambie (...) Vemos cómo las autoridades políticas se salvan unos a otros.
En el tiempo de Stroessner se militarizó el país, y fue un fracaso, y ahora se está buscando eso de nuevo. El fascismo está presente.
No tenemos esperanza, por eso desde el 28 de octubre haremos una gran movilización, en contra de los desalojos y de la militarización.