Por James Kilner, de REUTERS
Moscú-Rusia
Cientos de rusos hacían fila ayer en una iglesia de Moscú para rendir sus respetos ante los restos del ex presidente Boris Yeltsin, el hombre que desmanteló la Unión Soviética y lideró al país en un periodo caracterizado por reformas y caos.
Mientras un coro interpretaba himnos ortodoxos, asistentes depositaban flores cerca del ataúd instalado en la Catedral de Cristo Salvador (Redentor), una iglesia de cúpula dorada destruida durante el gobierno de Josef Stalin y reconstruida luego bajo el mandato de Yeltsin.
El ex presidente, quien murió el lunes por una falla cardiaca a los 76 años, será enterrado hoy en un funeral de Estado y su sucesor, Vladimir Putin, ha declarado un día de duelo nacional.
El rostro de Yeltsin estaba hinchado por años de problemas de salud y su cuerpo había sido vestido con un traje negro. Su viuda Naina, usando un velo negro, se ubicó en un banco cerca de su hija Tatyana Dyachenko.
Los periódicos rusos estaban llenos de tributos a Yeltsin, el primer líder del país elegido democráticamente.
Sin embargo, también subrayaron sus fallas durante sus ocho años como presidente: confusión económica, una desastrosa guerra contra los rebeldes en Chechenia y errores avivados por el alcohol.
Durante los últimos 80 años, la mayoría de los líderes del Kremlin han sido enterrados en la Plaza Roja. Pero subrayando la ruptura de Yeltsin con el pasado soviético, el ex líder será enterrado en el cementerio de Novodevichye, dentro de las paredes de un monasterio a orillas del río Moskva.
“LLENO DE ALEGRIA”. El viceprimer ministro de Israel, Shimon Peres, quien fue primer ministro y ministro de Relaciones Exteriores cuando Yeltsin estuvo en el poder, recordó a un hombre amante de la diversión y maravilloso.
“Era un líder con una personalidad propia y rompió con el aburrimiento de los (otros) líderes”, dijo Peres.
“Era un personaje bastante especial, pintoresco, no ortodoxo, lleno de alegría, imprevisible”, agregó.
El primer ministro de Ucrania, Viktor Yanukovich, y el presidente de Kazajistán, Nursultan Nazarbayev, dos ex estados soviéticos a los que Yeltsin ayudó a independizarse, estuvieron entre los primeros en confirmar su asistencia al funeral.
En el cementerio Novodevichye de Moscú también descansan los restos del ex líder soviético Nikita Krushchev y el compositor Dmitry Shostakovich.
Asisten Bush padre y Clinton
Los ex presidentes Bill Clinton y George H. Bush, padre del actual inquilino de la Casa Blanca, encabezan la delegación estadounidense que asiste al funeral del ex presidente ruso Boris Yeltsin. La delegación presidencial contará también con la presencia de William Joseph Burns, embajador de Estados Unidos en Rusia, según un comunicado difundido por la residencia oficial estadounidense. La Casa Blanca calificó al dirigente ruso como “una figura histórica”. Muchos tributos de periódicos rusos vieron a Yeltsin a través del prisma de los 7 años de gobierno de Putin quien, según dicen los críticos, ha dado marcha atrás a muchas de las reformas democráticas que su predecesor introdujo. “Boris Yeltsin dijo que dejaba Rusia a ‘una nueva generación de políticos’, bajo quienes el país nunca volvería al pasado. Pero tras siete años de presidencia, Vladimir Putin ha probado que un retorno al pasado es posible”, dijo el periódico Kommersant.