“Hay varias explicaciones de por qué Estados Unidos puede ser reacio a ir más allá en Paraguay. El mundo está lleno de distracciones; Paraguay es distante y sin salida al mar. Las investigaciones criminales estadounidenses avanzan lentamente; y podría ser difícil aumentar el apoyo a Paraguay por parte de expertos estadounidenses en justicia penal”, dice un artículo escrito por Benjamin Gedan en la revista Americas Quarterly, de los Estados Unidos de América.
Se hace un análisis de cómo se encuentra la relación entre EEUU y Paraguay luego de la declaración de “significativamente corruptos” hecha al ex presidente Horacio Cartes y al actual vicepresidente de la República, Hugo Velázquez. Ambos fueron sancionados y se les negó el ingreso a territorio de los EEUU.
Este medio también señala que hay consideraciones diplomáticas. “Aunque Estados Unidos es ampliamente admirado en Paraguay, las acciones estadounidenses hasta ahora han provocado críticas sobre la intervención extranjera, particularmente de los defensores de Cartes. También es posible que la Administración Biden simplemente esté retrasando cualquier posible extradición, incluida la de Cartes, hasta después de las elecciones de abril en Paraguay”, apunta.
Por otro lado, la intervención del Departamento de Justicia también podría resultar contraproducente. Si Peña es elegido presidente, comenzaría su mandato disgustado por el trato de Estados Unidos a su aliado político. Además, el resultado de cualquier eventual enjuiciamiento en los Estados Unidos, donde la carga de la prueba es mayor que para las sanciones del Departamento de Estado o del Tesoro, sería impredecible. Finalmente, no hay garantía de que acciones estadounidenses más agresivas, incluidas las extradiciones y un apoyo mucho más sólido a los fiscales federales de Paraguay, mejoren el clima de la política paraguaya, agrega la revista estadounidense.
“Aún así, ahora que la Administración Biden ha mostrado su voluntad de enfrentarse a los actores más poderosos de Paraguay, es el momento adecuado para intentar un cambio sistemático. Por ahora, Paraguay se encuentra en un estado de animación suspendida. En medio del silencio de Washington, circulan rumores sobre posibles nuevos objetivos y acusaciones y extradiciones estadounidenses supuestamente inminentes”, refiere el artículo.
“Existe un precedente de colaboración con los Estados Unidos: a fines de la década de 1970, por ejemplo, la defensa de los derechos humanos del presidente Jimmy Carter ayudó a liberar a los presos políticos paraguayos. Hoy, el 73% de los paraguayos tienen una visión favorable de Estados Unidos, según la encuesta Latinobarómetro”, indica Americas Quarterly.