La medida se hizo efectiva al finalizar el pasado 31 de diciembre la vigencia de un decreto firmado el 3 de enero del año pasado por la anterior Administración que prohibía la exportación de siete cortes parrilleros muy apreciados por los consumidores de menor poder adquisitivo.
Desde el 1 de enero reciente quedó habilitada “la exportación de cortes bovinos frescos y de los denominados cortes preferidos, frescos, enfriados o congelados. La medida se basa en que el 31 de diciembre de 2023 finalizan los efectos del Decreto 911/2021 por el cual estaba suspendida la exportación de esos cortes bovinos”, anunció ayer el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
A pesar de esta restricción, el sector agroganadero confía en cerrar 2023 con un récord de exportación de en torno a las 920.000 toneladas, una cifra que se debe, en buena medida, a que la sequía del pasado año redujo considerablemente el número de hectáreas de pasto disponibles para la alimentación del ganado y en ese escenario muchos propietarios optaron por sacrificar más reses.
De hecho, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en los primeros 11 meses de 2023 se faenaron 13,4 millones de cabezas, lo que representa un aumento del 9,7% con respecto a la cifra promedio de los últimos cinco años para ese mismo periodo.
Las restricciones impuestas por el decreto firmado hace un año por Alberto Fernández fueron mal recibidas en su día por el sector ganadero, que vio en la medida una traba para consolidar las exportaciones argentinas en mercados como China –que acapara unas tres cuartas partes del total–, Israel, Alemania, Chile y Estados Unidos. EFE