16 sept. 2025

Reprocha mala distribución de tierra y aumento de pobreza

Darío Bareiro
CAACUPÉ

Vagones de realidad. Con cifras que muestran la realidad del país, la homilía del octavo día en Caacupé, presidida por monseñor Adalberto Martínez, mostró la realidad actual. “Imaginemos que Paraguay es un tren de pasajeros, con una locomotora que lleva 100 vagones y que contiene toda la población del país rumbo a un destino común. Pero en condiciones de viaje muy diferentes“, empezó ilustrando el obispo de la Diócesis de Villarrica.

En la analogía, señaló que en el primer vagón del tren viaja un pequeño grupo de pasajeros con todos los privilegios, lujo, comodidad, alimentación refinada, confort y costosos manjares. “Este grupo tiene todos los servicios a su disposición, hasta el punto del derroche. Indiferentes y desconectados de lo que pasa en los otros 99 vagones”, ilustró.

Los siguientes segmentos también sirvieron para acomodar el ejemplo a la realidad nacional. Entre ellos mencionó a la clase media, populares y las que están en extrema pobreza.

“La parábola del tren, con sus tres grupos de vagones, representa lo que las estadísticas del Paraguay nos habla. El 10% de la población concentra el 40% de la riqueza que se genera en el país. En tanto, el 40% más pobre accede solo al 10% de la riqueza. Mientras tanto, los otros 50% reciben muy poco y nada del resto”, sentenció el religioso.

ACAPARAMIENTO

Aunque señaló que hubo avances en la lucha contra la pobreza en los últimos años, aún hay 1.700.000 paraguayos en esa situación. A ello se suma que la pobreza extrema y la indigencia han crecido. Esto se refleja en que 350.000 personas pasan hambre. “Esto debería ser un escándalo en un país que produce millones de toneladas de alimentos para la exportación con un elevado costo social y ambiental”, enfatizó.

El acaparamiento de la tierra en pocas manos y la depredación fueron otros puntos mencionados por monseñor Martínez. La concentración y la tenencia de la tierra en nuestro país se han vuelto crónicas; llegaron a ubicar en las últimas décadas al Paraguay como el país más desigual del mundo. Por ello, es urgente una revisión profunda y cuidadosa de la situación de tenencia y propiedad de tierra. Vemos la necesidad de impulsar la reforma agraria”.

En el ámbito político y económico, enfatizó que es necesario poner todo el empeño para erradicar la corrupción y la impunidad que priva a los pobres de los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas. Para este fin, instó a los tres poderes del Estado y políticos a buscar una solución. “Es necesario buscar y establecer consenso básico para reducir la inequidad social”, enfatizó.

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LLAMADO. En la homilía, monseñor Martínez comparó al país con un tren dividido en categorías.

1 de cada 4 compatriotas no puede cubrir sus necesidades básicas para una vida digna. La pobreza tiene sobre todo rostros.

El crecimiento económico no se ha traducido en mayor equidad social, ni en mejores condiciones de vida. Adalberto Martínez, obispo de Villarrica.