CIUDAD DEL ESTE
Aranda asume la función con la misión de ordenar la circulación en las principales arterias, garantizar mayor seguridad vial y ofrecer respuestas más rápidas a los reclamos ciudadanos. Desde el Municipio se insiste en que el tránsito debe ser parte de la solución y no un problema para la ciudad, una de las más dinámicas y congestionadas del país.
La designación llega en un momento en que el tráfico se mantiene como una de las principales quejas vecinales, solo superada por el mal estado de las calles. La situación se complica en los horarios de entrada y salida laboral, entre las seis y las ocho de la mañana y luego entre las cuatro y las seis de la tarde. Durante estos picos las filas interminables de vehículos se convierten en el dolor de cabeza de conductores y peatones.
El microcentro y las avenidas que lo rodean concentran la mayor parte del problema. Alejo García, Bernardino Caballero y Pioneros del Este hasta la ruta PY02, en la rotonda Oasis, se encuentran entre los puntos críticos. Las rotondas del Área 1 y del kilómetro tres y medio también figuran en la lista de sectores conflictivos donde los embotellamientos parecen no tener fin.
FALTA DE EDUCACIÓN VIAL. El congestionamiento no se explica solo por la cantidad de vehículos sino también por la falta de educación vial. Conductores que bloquean cruces y boca calles generan estancamientos innecesarios, un comportamiento que complica aún más el tránsito. A ello se suma la precariedad de la infraestructura existente. Las vías de acceso y salida del microcentro siguen siendo prácticamente las mismas que hace cinco décadas, lo que evidencia la falta de planificación a largo plazo.
La designación de César Aranda genera expectativas en torno a una posible mejora en el ordenamiento vehicular. Sin embargo, el desafío es mayúsculo y la ciudadanía espera que esta vez la administración municipal logre encarar medidas concretas que alivien un problema que ya forma parte del día a día en Ciudad del Este.
Para muchos, la particularidad de la capital del Alto Paraná hace que el problema sea más complejo de lo que parece. “En el centro no hay mucho que se puede hacer cuando en la aduana brasileña los controles son muy rigurosos. En estos días el movimiento no fue mucho, entonces la circulación el microcentro fue un poco menos caótico”, comentó Jorge Gimenez, trabajador taxistas.
Mencionó que el microcentro depende mucho de cuán rápido se cruza la frontera. “Por eso los comerciantes y gremios empresariales reclaman la habilitación del segundo puente. Ellos saben que todo el volumen de vehículos que hoy absorbe el Puente de la Amistad se va a compartir con el Puente de la Integración en Franco. Allí tenemos que ver como ese volumen termina afectando la circulación sobre la avenida Bernardino Caballero que une ambas ciudades”.
El trabajador insistió en que manejar el tráfico vehicular de Ciudad del Este tiene sus desafíos, porque no funciona el transporte público y eso hace que los ciudadanos se desplacen en sus vehículos particulares.
“No es lo mismo 10 personas en un bus, que 10 personas en sus respectivos vehículos”, sentenció.