05 sept. 2025

Recuerdan 152 años de la batalla de Tuyutí en Ñeembucú

Como cada año, autoridades, estudiantes, docentes, militares, policías y pobladores de Paso de Patria, Humaitá, recordaron en un emotivo acto la batalla de Tuyutí, que según los historiadores fue el mayor enfrentamiento militar en la historia América.

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La comunidad de Paso de Patria recordó en un emotivo acto la batalla de Tuyutí. Foto: Juan José Brull

Juan José Brull | Paso de Patria


Los participantes realizaron una caminata de 6 kilómetros, desde Paso de Patria al escenario del gran enfrentamiento bélico que ocurrió el 24 de mayo de 1866. El acto se desarrolló frente al monumento que recuerda a los combatientes caídos.

Durante el acto de recordación a la primera batalla de Tuyutí, el gestor cultural de Paso de Patria, Vicente García, agradeció a todos los que apoyaron este acto.

La profesora Vicenta Miranda, gestora cultural de Humaitá, fue la encargada de brindar una reseña de lo acontecido 152 años atrás, con un tributo especial al abanderado de Tuyutí:

Según Juan E. O’Leari, en El Libro de los Héroes, el 24 de Mayo de 1866, desde medio día, Tuyutí era como un inmenso volcán, de cuyas entrañas encendidas surgían sangrientas llamaradas, nubes de humo y torrentes de hierro y plomo caldeados, en medio de horrorosos estampidos, gritos de muerte, imprecaciones y sollozos.

A las 4 de la tarde la tragedia terminaba. 5.000 cadáveres paraguayos llenaban el Bellaco y las lomadas de Tuyutí. Derrotada la vanguardia de los aliados, vencidos los brasileños, dueños los nuestros de una parte de la artillería argentina, desmoralizado el enemigo, tuvo tiempo de reaccionar tomando la ofensiva parcialmente sobre las diversas columnas paraguayas.


El capitán José María Delgado había mandado los jinetes, que atacaron el flanco izquierdo del invasor. A última hora, sus regimientos estaban destrozados después de una serie de furiosos asaltos; de uno de ellos no quedaba sino un soldado en el campo de batalla, y ese soldado sostenía en sus manos la bandera de su cuerpo.

Era el único que sobrevivía a los 400 compañeros que se habían precipitado sobre el invasor al iniciarse la batalla. Rodeado de enemigos, ya no pensó en la vida. Una sola cosa le preocupaba: la bandera. ¿Cómo salvarla? Empezó por arrojar su espada, armándose con el asta de la enseña.

Arrancó después la bandera, tratando de ocultarla bajo su brazo izquierdo. Todo esto pasó en un minuto, mientras los brasileños, saltando sobre los muertos, llegaban hasta él, intimándole a gritos, llenos de soberbia, a que se rindiera. El muchacho paraguayo, el soldadito abanderado, el último sobreviviente de un regimiento ya extinguido hizo un esfuerzo supremo, abalanzándose, lanza en ristre, sobre los que le rodeaban, tratando de abrirse camino.

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Foto: @Elparlantepy

El estero, el profundo estero, no era una esperanza de salvación. Pero quería llegar a él. Todo su empeño estaba en poder arrojarse en medio de sus sangrientas aguas. Allí moriría, fatalmente, ¡bajo una lluvia de balas... pero creía poder salvar la bandera que oprimía sobre su corazón! Y esto era todo. Los brasileños se detuvieron, llenos de espanto, ante aquel loco heroísmo.


Y el soldadito aprovechó su estupor para destrozar la bandera con los dientes. La vida no le preocupaba. No se trataba ya de vivir. ¡Se trataba de que no cayera en manos del enemigo la bandera de su regimiento! Cuando, por fin, llegaron hasta él, estaba muerto.

Y cuando fueron a levantarle, llenos de piadosa admiración, encontraron todavía un girón de la bandera entre sus dientes, y el resto de ella, confundidos sus colores en un solo tinte de púrpura, bien sobre su corazón, ¡oprimido entre sus crispadas manos! La lucha había concluido.

Por iniciativa del gestor cultural Vicente García, se realiza por cuarto año dicha recordación. Jóvenes de Paso de Patria, Humaitá y General Díaz, militares y estudiantes desfilaron en homenaje a los héroes de la Guerra del 70.

Lamentablemente, los sitios donde se libraron las grandes batallas de la Guerra Grande siguen siendo sitios desconocidos para la mayoría de los paraguayos. Igualmente, a 152 años de la Guerra Grande, gran parte de los sitios de gran valor histórico continúan en el olvido de las autoridades.


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