Por Brigitte Colmán
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“Aquí vivió Mario Schaerer Prono (1952-1976), joven luchador a quien la dictadura segó su vida porque no pudo quebrar sus ideales libertarios”.
La placa, instalada sobre una muralla de color amarillo, en una casa como tantas, del barrio San Cristóbal de Asunción, es una llamada de atención a la memoria.
Y es también una parte de la dolorosa historia contemporánea, y un pedazo de la identidad de una ciudad con graves tendencias al olvido.
La plaqueta que señala la casa de Mario Schaerer, en la calle Sucre casi Denis Roa, es una de las cientos que han sido instaladas en Asunción.
La historia. Las pequeñas placas rectangulares puestas sobre las paredes de lugares y de edificios cuentan historias.
La idea de colocar estas placas partió de la historiadora Margarita Durán Estragó.
El proyecto Placas de Asunción se inició en el año 2000, durante los últimos meses de la administración del intendente Martín Burt, informa la historiadora, y agrega que la administración municipal de Enrique Riera tuvo la intención de continuar con aquel proyecto, pero a pesar de los esfuerzos, los cien nuevos textos entregados por Durán Estragó no llegaron a convertirse en cien nuevas placas.
“En algún momento se repusieron algunas, pero en su conjunto el proyecto no tuvo continuidad. Hoy la intendenta Evanhy de Gallegos vuelve a reactivar el interés hacia las Placas de Asunción y con motivo de un cumpleaños más de la ciudad, la Municipalidad está colocando parte de aquellas placas cuyos textos habían quedado dormidos en los papeles”.
Patrimonio. Uno de los objetivos principales fue identificar los sitios históricos de la ciudad, explica Durán.
Las placas contienen un pequeño historial y cumplen la función de “marcar” edificios, plazas o sitios donde por siglos estuvieron templos, cementerios, casas de familias ilustres, entidades públicas o privadas.
Estos lugares son parte de un patrimonio que pertenece a todos, y hoy, muchos de ellos están convertidos en playas de estacionamiento o edificios de hormigón armado.
Las placas fueron diseñadas por Lilian Puente Romero, y José Puentes, las elaboró y colocó.
Durán lamenta que muchos de los indicadores ya no existan. “No falta gente desubicada que los arranca, raya o rompe por el simple placer de destruirlos”, dice.
Después de todo, la memoria de la ciudad no está solamente en los museos. Sus calles, sus edificios y su gente son también parte de ella.
En el aniversario 470 de Asunción, bien vale un recorrido por algunos de estos lugares, que son la memoria de la ciudad. Porque como dice San Juan: “Nadie ama lo que no conoce”.
Los sitios históricos
En el microcentro se concentra una parte importante del patrimonio histórico.
Además de la Casa de la Independencia, la Catedral y el Panteón de los Héroes, es bueno saber que, durante la época Colonial, en la plaza ubicada frente a la Comandancia de la Policía había un puente, que unía la ciudad con la Catedral. Y frente al Cabildo –frente a la estatua del fundador de la ciudad– se encontraba la Plaza Mayor.
En el costado izquierdo del edificio rosa, se ubicaba el Viejo Cabildo y el Meridiano Cero de Asunción pasaba por su torre.
Félix de Azara lo utilizó para trazar las coordenadas de las villas, pueblos y parajes.
Otro placa interesante: sobre la pared de ladrillos del edificio de la Universidad Católica , se puede leer que allí fluía el Ykua La Asunción, donde mujeres y niños llegaban con sus kambuchi en busca de y ro’ysã, y que el ykua fue cegado en el año 1960.