Por Raúl Ramírez Bogado
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El juicio oral por el secuestro de Belén María Auxiliadora Argaña Fretes podría concluir esta semana, con una sentencia condenatoria o absolutoria. Hasta ahora, existen numerosas pruebas en contra de los acusados, aunque la defensa alega que hay numerosos errores procesales.
Por el momento, por lo menos las pruebas van en contra de los acusados Víctor Glitz Velázquez, Nelson Argaña Iglesias y Hugo Foth Shin. En menor medida en contra del procesado Diego Morales Mendieta, ya que sólo se lo tiene registrado por sus llamadas en la hora del retiro del dinero del rescate.
Al inicio, la defensa intentó anular el juicio con denuncias de torturas. Este argumento fue desechado por el tribunal que indicó que en todo el expediente no había pruebas de ello. La inspección médica hecha a los acusados no fue cuestionada por la defensa.
Ya en el juicio propiamente dicho, la confesión de Hugo Ariel Foth Shin fue de bastante ayuda para la fiscalía, aunque por ley no puede ser usada contra el acusado. Diego Morales, por su parte, negó cualquier conexión con el caso.
Foth Shin dijo que fue obligado a participar del secuestro por Glitz y que, incluso, cuidó a la víctima en la casa del primero, en Loma Pytá. Él también fue quien la liberó, cerca de la Municipalidad de Asunción, en la madrugada del 12 de octubre de 2007.
OTRAS PRUEBAS. El cruce de llamadas hecho por el perito Alfredo Zárate, fue un elemento bastante importante, según la fiscalía, ya que probó los lugares donde se hicieron las llamadas, las comunicaciones entre los acusados y otras cosas. Una prueba importante en el caso es el video donde se ve a Glitz comprar tarjetas para recarga de saldos a los celulares.
Esta prueba será atacada de nula por la defensa, ya que hasta el juicio oral, no tuvieron acceso a las mismas, según argumentaron.
Luego están las declaraciones del padre de la víctima, Luis Salvador Argaña y la madre Delia Fretes, quienes confirmaron las negociaciones con los acusados.
Pero, un elemento contundente fue el testimonio de la víctima. Detalló punto por punto cómo fue secuestrada y llevada hasta una vivienda donde la tuvieron vendada y atada de pies y manos. Aunque aclaró que nunca vio a los secuestradores, sí vio la habitación donde estuvo.
El viernes reconoció la casa de Víctor Glitz como el lugar donde la tuvieron cautiva. Su descripción se ajusta a los detalles vistos dentro de la habitación, así como la escalera, la cama y hasta el sofá. A esto se suma el ruido de las gallinas, los llantos de criaturas y la cercanía de la ruta.
En el juicio también testificaron los investigadores, y una mujer que es pareja de uno de los acusados, Nelson Argaña Iglesias.
Los jueces y la defensa cuestionaron a los investigadores, cómo es que no buscaron el dinero que nunca fue recuperado. El subcomisario Francisco Resquín, ni siquiera tenía detalles del pago del rescate.
Mañana, desde las 8.30, están citados el empresario Horacio Cartes, quien prestó el dinero del rescate, y Antonio Debernardi, que recomendó a la familia denunciar el hecho a la fiscalía. Después, podría darse la declaración de los acusados, algunas pruebas más, los alegatos y la sentencia.
DEFENSA SEÑALARÁ LOS VICIOS PROCESALES
El abogado Rubén Darío Mazier, que defiende a los acusados Víctor Manuel Glitz Velázquez y Nelson Gustavo Argaña Iglesias, señaló que en sus alegatos finales hará hincapié en los errores o vicios procesales de la causa.
Explicó que así como existen elementos contundentes en contra de sus defendidos, también hay elementos contundentes de los errores y violaciones a los derechos procesales de los dos principales acusados del secuestro.
Aseguró que tras ser detenidos, fueron torturados por el jefe del Departamento Antisecuestro, Hermes Argaña, frente al mismo fiscal Rogelio Ortúzar, lo cual anulaba el procedimiento.
Además, que el cruce de llamadas realizado por el perito de la fiscalía Alfredo Zárate nunca estuvo a disposición de las partes para que se pudiera controlar esta prueba.
Refirió que también existen otras nulidades que serán atacadas una por una en los alegatos finales de la defensa, antes de dictarse resolución.