Desde que Paraguay inició los procesos para la producción legal del cannabis de uso industrial a fines del 2019, se utilizaron los granos, las hojas y las flores de los cultivos para la elaboración de suplementos alimenticios, infusiones, salsas y cosméticos de exportación. Por primera vez se plantea un proyecto para el uso de los tallos, lo que significa el aprovechamiento de toda la planta y un mejor ingreso para los productores.
En alianza con la compañía estadounidense Tangho, la paraguaya Healthy Grains desarrolló una tecnología que a diferencia de las demás no usa químicos y utiliza poca agua para la obtención de nanocelulosa, destacó el directivo de la empresa nacional, Marcelo Demp, quien también preside la Cámara de Cáñamo Industrial del Paraguay.
La fábrica será modular y requerirá de una inversión inicial de USD 40 millones para su puesta en funcionamiento, monto que podría llegar a USD 120 millones en su última etapa. En cuanto a su impacto en el empleo plantea llegar a 100.000 personas de forma directa e indirecta, alrededor de 400 estarían en la planta y las demás se encargarán de la producción.
El sistema de provisión utilizará el mecanismo ya vigente que consiste en un contrato previo al cultivo en que los productores aseguran la venta total de su producción a un precio fijado. “Queremos que el productor antes de sembrar esté feliz con el precio, sepa cuánto va a ganar, con la seguridad de que todo lo que va a trabajar lo va a vender”, manifestó Demp.
PLAZO. La construcción arrancará dentro de tres a seis meses y durará un año, en tanto que ahora se sigue trabajando en la financiación, que estará a cargo de empresas norteamericanas y fondos de inversión. En la mira están los departamentos de San Pedro y Canindeyú por sus ventajas para la logística, entendiendo su gran potencial como proveedores de materia prima.
A partir de la nanocelulosa se busca fabricar plásticos durables para sillas, mesas y otros que en su forma terminada seguirán capturando carbono. La certificadora estadounidense SGS responderá por esta validación.
Para empezar, la fábrica necesitará abastecerse de entre 30.000 y 40.000 hectáreas de cáñamo, aunque apunta a 100.000 hectáreas con un potencial de producción de 25 toneladas en cada una de ellas. Actualmente se cultivan apenas 2.500 hectáreas, por lo que se requerirá un crecimiento acelerado en los próximos ciclos para responder a la demanda que tendrá la planta.
OTROS AVANCES. Por primera vez, Brasil importará suplementos alimenticios de cannabis de forma legal y su proveedor es Paraguay. Este proceso duró diez meses y apunta a concretarse en los próximos días.
Por primera vez se plantea un proyecto para el uso de los tallos de cáñamo industrial, lo que significa el aprovechamiento de toda la planta y un mejor ingreso para los productores.