En otro rincón de la institución, donde la biblioteca y un salón del tercer ciclo comparten el mismo espacio, se encuentra la profesora Librada Estigarribia.
Con un pequeño rodillo y pintura de color verde pinta la clásica pizarra de madera para dar la bienvenida a los estudiantes, que retornan en una semana más, el lunes 21.
Por falta de aulas es que deben compartir espacios en la institución.
“Son los trabajos que nadie ve, pero nosotras las docentes estamos siempre en primera línea tratando de dar lo mejor para recibir a nuestros alumnos”, expresa.
Sus manos, su ropa y parte del rostro se tiñen de pintura tras toda una mañana de trabajo. Como ocurre en más del 90% de las instituciones educativas en todo el país, en Piacentini no cuentan con rubros de limpieza, entonces se arreglan como pueden.
Sin mobiliario. Con decenas de robos durante la pandemia y el cierre de los establecimientos, la escuela básica Juan Manuel Frutos de Barrio Obrero perdió sillas y mesitas de salas de clase.
Para la reapertura del 21, requieren de por lo menos 30 sillas pedagógicas o sillas y mesas, cuenta la directora Eliodora Chávez.
En los próximos días, el trabajo se ajustará en reducir la distancia entre alumnos en el aula, como dispone el más reciente protocolo. De un metro y medio como mínimo de distancia, ahora pasan a 91 centímetros.
Con obras que todavía no culminan se encuentra la escuela Pedro P. Peña, en la zona del Mercado 4, a cuadras de la avenida Pozo Favorito.
Las profesoras comentaron que aguardan que los trabajos, encargados por el MEC y el municipio capitalino, culminen para luego emprender la limpieza.