Dos estadounidenses de origen cubano presentaron ayer en Miami sendas demandas contra la empresa de cruceros Carnival y abrieron así la puerta a más procesos legales contra personas y multinacionales en busca de indemnizaciones por el uso de bienes confiscados en Cuba tras la revolución de 1959.
Con lágrimas en los ojos, Mickael Behn, quien dijo que su abuelo era el dueño de Havana Docks Corporation, en el puerto de La Habana, hasta que se la confiscaron en 1960, anunció el inicio de las primeras acciones legales en cortes estadounidenses.
“Ellos (el régimen cubano) solo esperan que mi familia muera o se vaya desvaneciendo, pero no lo haremos y no lo hicimos“, manifestó.
En el mismo sentido se expresó el neurocirujano Javier García Bengoechea, quien señaló que es el “legítimo” propietario del puerto de Santiago de Cuba, que le fue expropiado a su familia por el gobierno comunista en 1960.
Explicó que comenzó hace una década esta pelea por el uso de instalaciones portuarias en Cuba confiscadas a su familia, en medio de las críticas de que iba a perder “tiempo y dinero”. “Miguel (Behn) y yo hemos perseverado“, agregó. “Carnival fue la primera línea de cruceros que traficó en nuestras propiedades, ellos entonces merecen la ignominiosa distinción de ser los primeros en ser demandados“, aseguró el médico.
Ambos criticaron que Carnival ha estado “explotando” sus propiedades por años “para obtener ganancias”.
Portavoces de Carnival contactados por Efe se limitaron a señalar: “Continuamos operando nuestro calendario previsto de cruceros a Cuba”.
Roberto Martínez, uno de los abogados, explicó que “después de la medianoche” presentaron las dos demandas, las primeras sobre el tema, gracias a la activación a partir de este jueves por parte del Gobierno de Donald Trump del Título III de la ley Helms-Burton, de 1996. EFE