Para Royg, ex miembro del Consejo Asesor Fiscal, si bien los dos años presentaron turbulencias, el primero por las condiciones climáticas y el segundo por la pandemia, estas problemáticas evidenciaron que las estrategias públicas han sido reactivas y de manera tardía.
Señaló que en estos 24 meses faltó claridad en cuanto al objetivo económico, y que esto no es un problema normativo solamente, sino que es necesario repensar el modelo económico para mejorar la calidad de vida de la gente.
“El haber impulsado una reforma tributaria fue positivo, ya que se dio con una participación de varios sectores. Pero en la política fiscal, el gran déficit es la reforma del sector público, en torno a qué bienes y servicios necesita el país, y en torno a la corrupción y calidad del gasto”, expresó.
Calificó al Gobierno de Marito como regular, pero llamó la atención sobre el crecimiento acelerado que se dio en la deuda pública, pasando de los USD 7.808,0 millones en agosto del 2018 a los 10.871,4 millones al cierre de junio del 2020.
“El crecimiento de la deuda demuestra el hecho de seguir manteniendo un sector público que no genera condiciones adecuadas para una mejora en la calidad de vida o una transformación productiva, porque es más fácil endeudarse que impulsar cambios que ayudaran a ello. Hoy, el nivel de la deuda es preocupante, pero la mayor preocupación es que, así como estamos tomando decisiones sería inadmisible volver a endeudarse, porque no hay claridad”, manifestó.
APLAZADO. Para la Sociedad de Economía Política del Paraguay (Seppy) el balance a los 2 años de administración genera mucha preocupación, ya que nuestro país va camino a un default fiscal y social.
El directivo de la organización, Luis Rojas, subrayó que la falta de presión sobre grupos económicos poderosos y la ausencia de planes para reducir el malgasto, empujaron a una política de mayor endeudamiento. Esto, prosiguió, va presionando a las finanzas públicas cada vez más, lo que hará que el Gobierno profundice los déficits en educación, salud, infraestructura y en lo laboral.
“No se baja la evasión, no se reduce la corrupción, y todo eso se salda con endeudamiento. Decimos que vamos hacia un default social porque ya no podemos cumplir con las demandas sociales. El sistema de salud no tiene capacidad de dar respuesta, lo mismo el sector educativo y ni que decir en temas agrarios, laborales y de vivienda”, manifestó.
Coincidió con Royg en que es hora de idear un nuevo modelo económico en el que tengan una mayor participación el campo y la microeconomía.
“Llegamos a la pandemia con altos niveles de informalidad laboral, con una economía campesina en crisis y endeudada, con enormes déficits que son resultados del modelo económico. Si reactivamos lo que no funciona bien, van a seguir la pobreza, la desigualdad y la exclusión. Yo diría que el Gobierno está aplazado en materia fiscal”, finalizó diciendo Rojas.
preocupante. La deuda pública creció ferozmente en los primeros seis meses de este año y llegó a un nuevo techo histórico: USD 10.871,4 millones, según los últimos datos del Ministerio de Hacienda.
De esta manera, la relación deuda/PIB se ubicó en el 30,7% y entró en el rango de alerta de acuerdo con los parámetros del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Al cumplirse 24 meses del Gobierno de Mario Abdo Benítez, economistas reflexionan sobre el desempeño fiscal. Critican el feroz endeudamiento y piden repensar el modelo económico.
El nivel de deuda es preocupante, pero la mayor preocupación es que sería inadmisible volver a endeudarse.
Hugo Royg,
economista.
No se baja la evasión, tampoco reduce la corrupción, y todo esto está saldando con el endeudamiento.
Luis Rojas,
economista.
10.871,4
millones de dólares alcanza la deuda pública paraguaya al cierre de junio. Esto equivale al 30,7% del PIB.
3.998
millones de dólares es lo que gastará este año en salarios el Estado, tres veces más de lo destinado a Educación.