El nuevo comandante de la Policía Nacional, Luis Rojas, refirió que hay prioridad para resolver el asesinato de un joven en la sede del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y las denuncias de torturas por parte de las fuerzas de seguridad. “Es nuestra obligación esclarecer lo antes posible los hechos ocurridos”, expresó.
Primeramente, reiteró sus condolencias por la muerte de Quintana y pidió perdón a su familia. Luego anunció que envió una nota al fiscal general Javier Díaz Verón, en la que le informa que la Policía Nacional pone a disposición de los fiscales todas las divisiones técnico científicas para la investigación de los hechos ocurridos entre el viernes y sábado últimos, en medio de una manifestación en contra de la reelección vía enmienda.
En este sentido, Rojas manifestó que está consciente de que uniformados están involucrados en los casos denunciados. Y es que al caso de Quintana se suman varios manifestantes heridos, entre ellos el diputado Édgar Acosta, quien quedó con la boca destrozada al recibir impactos de balines.
Asimismo, advirtió que los efectivos policiales seguirán realizando controles con el único objetivo de cumplir con las órdenes del presidente Horacio Cartes. “La Policía Nacional pondrá todo su empeño para protegerlos y no permitirá que posibles grupos vandálicos mimetizados entre las personas que se manifiestan de forma pacífica violenten el derecho de los ciudadanos”, agregó.
El comandante además pidió que, así como las dependencias policiales se ponen a disposición de la justicia, esta castigue a las personas que atropellaron el Congreso Nacional.
Acompañó al comandante durante la conferencia de prensa el encargado de despacho del Ministerio del Interior, Lorenzo Lezcano.
Al principio, la Comandancia de la Policía Nacional había acusado al suboficial Gustavo Florentín de haber escapado de su arresto domiciliario luego de robar un arma. Sin embargo, las cámaras de circuito cerrado y de medios de comunicación demostraron varios movimientos del uniformado entre la dependencia policial y los sitios de resguardo policial.
Hasta el momento es el único imputado por la muerte de Rodrigo Quintana, en tanto que los superiores siguen deslindando responsabilidad sobre quién dio la orden de atropellar el local partidario.