19 abr. 2024

“Plasma convaleciente es única cura contra el Covid”

Terapia. Cardiólogo de origen paraguayo participó de investigación que arrojó resultados promisorios. Esperanza. Probaron en 100 pacientes el uso del anticuerpo de recuperados y la letalidad “fue cero”. Posible. En Paraguay se puede aplicar esta terapia que es efectiva y de bajo costo. Dice que los antivirales solo han fracasado hasta ahora.

Experiencia. En su dilatada trayectoria como médico cardiólogo, al  Dr. Salerno Uriarte  le tocó enfrentar en la primera línea hospitalaria la fuerte embestida  del Covid-19 en el norte de Italia.

Experiencia. En su dilatada trayectoria como médico cardiólogo, al Dr. Salerno Uriarte le tocó enfrentar en la primera línea hospitalaria la fuerte embestida del Covid-19 en el norte de Italia.

jvargas@uhora.com.py

Se fue muy joven a Italia, donde estudió Medicina en la Universidad de Pavía. Se destaca hasta hoy como profesor en la División de Cardiología del Hospital General de Varese. El Dr. Jorge Salerno Uriarte, en su calidad de consejero de editoriales científicas, pasó de participar como orador en congresos médicos a ocupar un puesto en el frente de batalla cuando el nuevo coronavirus arrasó el norte de la península itálica.

Conserva un cariño especial por Paraguay, por lo que desde el país que lo adoptó quiere compartir la experiencia y los avances que tienen allá con un promisorio tratamiento contra el Covid-19. Se trata de la terapia con plasma de pacientes recuperados (plasma convaleciente); la cual -dice- es la única que está arrojando resultados auspiciosos para combatir al virus; superior incluso a los antivirales que hasta ahora “han desilusionado”.

–Usted estuvo desde los primeros días más duros de esta guerra contra el Covid. ¿Cuál fue la evolución que se tuvo en la lucha contra este enemigo invisible?

–Desde el inicio de esta pandemia, la terapia cambió muchísimo. La historia es breve, el virus es muy agresivo y se volvió pandemia en un tiempo muy corto; dándonos muchas informaciones en pocos meses. Después de China, Italia fue el primer país del Occidente donde el virus arremetió. Y por suerte pasó en Lombardía, la región más organizada desde el punto de vista sanitario. Fue un desastre, una tragedia, pero en muchas zonas de Italia y de Europa, hubiese sido peor.

Hasta mediados de marzo no se usaba otra cosa que paracetamol, o antipiréticos más seguros.

En Bérgamo, unas de la zonas italianas más arrasadas, los médicos que hacían las autopsias -que ahora no están más permitidas por razones de seguridad-, se dieron cuenta de que en muchos casos había una vasculitis complicada por trombosis y era causa de muerte; inclusive súbita en muchos casos, por ejemplo, por embolia pulmonar. Se vieron y fueron documentadas situaciones de miocarditis, coronaritis, alteraciones del sistema nervioso, renal, etc., es decir, alteraciones de una enfermedad sistémica y no solamente neumonía intersticial.

Se comenzó a usar terapias con heparina y antiinflamatorios, entre ellos cortisona. Después de la tormenta citoquímica, se manifestaba entre otras cosas una vasculitis con trombosis. Ese cambio de ruta fue la razón principal de la disminución de hospitalización y por consiguiente de letalidad.

Una vieja terapia, introducida ya en los inicios del siglo pasado para curar la difteria, la plasmaféresis (el plasma convaleciente), fue introducida para la cura del Covid-19 en China, en enero de este año y después por los colegas de Pavía, en febrero. Luego siguieron otras experiencias recientes en otras ciudades italianas y estadounidenses.

–¿De qué se trata este procedimiento y por qué es mejor tratar con plasma a pacientes de Covid?

–Plasma convaleciente es la única cura que contiene los anticuerpos contra la sustancia dañina, contra el virus que causa la enfermedad. Es una terapia muy simple, poco costosa. Consiste en transferir el plasma, la parte líquida de la sangre, de un paciente ya curado de Covid-19 a un paciente con la enfermedad activa, que está muy grave, pero no gravísimo. Si la anatomía del pulmón está ya muy dañada, de manera irreversible, no se puede hacer un milagro y restablecer algo que está arruinado definitivamente. El plasma convaleciente contiene los anticuerpos que se necesitan para impedir indirectamente la duplicación del antígeno mismo, causando la muerte del virus, que no entra en la célula del enfermo. Todos los otros tratamientos son paliativos, medicamentos que pueden mejorar los síntomas; pero ninguna droga es resolutiva contra el Covid-19, “curativa”, como puede ser el plasma. Dos de las ocho investigaciones que la FDA (sigla en inglés de la Administración de Drogas y Medicamentos de Estados Unidos) que ahora se están efectuando en Estados Unidos prevén de hacer el plasma en las poblaciones con más riesgo; es decir, el personal sanitario que tiene a su cargo la cura misma de los pacientes (médicos y enfermeras) con el fin de no debilitar los rangos que tienen mayor vinculación con la cura de esos pacientes, como lastimosamente pasó en Italia. En ese personal se suministran los anticuerpos contenidos en el plasma convaleciente con fines de prevención del Covid.

–O sea que el plasma no solo es curativo, sino preventivo también. ¿Qué experiencias tuvieron?

–Con este tratamiento se están suministrando anticuerpos contra el Covid-19, así que se puede administrar también a personas sanas para prevenir la enfermedad. Hasta ahora, que yo sepa, no hay experiencias en tal sentido en Italia. Puede ser que se tome en consideración esa parte del tema en el caso de una segunda ola. De todos modos, esperamos con ansia los resultados de lo que están haciendo en Estados Unidos.

–¿Cuáles son los riesgos que representa este tratamiento?

–Es una terapia segura, prácticamente sin efectos secundarios. Hay un pequeño riesgo teórico de una reacción negativa llamada “potenciación de anticuerpos”: Si el paciente ya tiene anticuerpos contra otras cepas de coronavirus, la reacción puede ser demasiado fuerte y desencadenar o empeorar la inflamación sistémica. Esa posibilidad de riesgo, ínfima, es bien conocida por los médicos que saben cómo tratarla. Yo no estoy al corriente de esa complicación en el grupo tratado en Pavía. La real estima en el caso del Covid-19, tiene que ser evaluada en estudios sucesivos, muy grandes.

–En el Hospital de Clínicas esperan la autorización de Vigilancia Sanitaria (Dinavisa) para iniciar ensayos con plasma ¿Qué piensa?

–Me gustaría mucho que este tema del plasma sea una forma de terapia; después de todo es la única forma verdaderamente curativa. Porque los antivirales, inclusive la hidrocloroquina –que veo se aprobó su estudio en la Dinavisa- muestra más muertos en el grupo tratado con esta droga que con este grupo placebo, según salió hace unos días en una revista americana.

Entonces, qué esperamos para hacer el plasma. A mí me puso muy contento que la Dra. Angélica Samudio, de la Facultad de Medicina, está detrás de eso. Lo que espero es que no tarde muchísimo tiempo en aprobarse.

Este estudio es muy importante, crucial diría yo. Es absolutamente necesario que empiecen en poco tiempo. La causa principal es la necesidad de salvar vidas lo antes posible. La cura con esta modalidad de terapia es crucial. El fin de la investigación no será otra que la disminución de la letalidad y, por ende, este estudio tiene que iniciar lo antes posible. No existen términos medios.

Supongamos que, en nuestro querido Paraguay, la letalidad sea cero o cerca de cero en los próximos casos de otoño e invierno, la admiración de todo el mundo -que ya ahora reconoce a esta nación- aumentaría aún más y eso nos llenaría de orgullo a todos los paraguayos: La baja letalidad por el precoz lockdown (cierre de emergencia) hecho por sus gobernantes con apenas dos casos.

–¿Cuál es el índice de efectividad y letalidad que tiene el uso del plasma en relación a los antivirales?

–El único estudio clínico ya publicado sobre plasma convaleciente es una investigación de colegas chinos, referida en la revista JAMA (Journal of American Medical Association), el 27 de marzo. Son apenas cinco casos de Covid-19, enfermos muy graves, tratados entre enero y febrero. Los resultados obtenidos fueron muy exitosos, sin mortalidad.

El 25 de este mes, el Dr. Cesare Perotti, transfusionista y principal investigador del grupo de Pavía, obtuvo excelentes datos en 48 casos tratados por ellos y que constituye la más numerosa casuística recogida hasta ahora. Esta investigación será publicada en la misma revista JAMA, en los próximos días. Además de esos casos, simultáneamente ellos trataron otros 60 casos con excelentes resultados.

En Paraguay se dispone de todo lo necesario para encarar bien y completamente todo lo relacionado a la administración de plasma convaleciente. Yo toqué con mi mano a muchos de los 48 casos que mandaron ahora para la publicación Perotti y otros colegas. Y te digo que la letalidad es prácticamente cero con esta terapia.

Mientras que la mortalidad es 1 de cada 6 (en Italia), la letalidad en el grupo tratado con el plasma es 1 cada 16. En otros países del mundo, ya sea en otras ciudades italianas y en diferentes países de Europa y en los Estados Unidos, están comenzando trabajos randomizados (con casuística distribuidas con rigor estadístico) con el fin de afirmar una palabra definitiva sobre ese tema.

–¿Qué le diferencia a este procedimiento de los antivirales?

–Los antivirales tienen una historia llena de desilusiones. Uno de ellos, como muchos otros, el remdesivir, que podría ayudar a tratar Covid-19 ha arrojado resultados que se comienzan a conocer. Me refiero al ensayo clínico realizado, hasta ahora, para evaluar su efectividad. Aunque aún es modesto, los beneficios informados indican que el medicamento podría ayudar a reducir los tiempos de recuperación para los pacientes más graves, que a veces necesitan hospitalización en la Unidad de Cuidados Intensivos.

Los responsables de analizar su progreso proporcionaron un primer informe el 27 de abril: en el grupo de pacientes tratados con remdesivir, la droga se desempeñó mejor que en el grupo de control tratado con un falso medicamento (placebo). De todos modos los resultados no entusiasman. Otra droga que se usa mucho en todo el mundo es la hidrocloroquina, medicamento antipalúdico. Es reciente la noticia que la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha anunciado la decisión de suspender las pruebas sobre el uso de esta droga para el tratamiento del Covid-19 por razones de seguridad.

El viernes pasado (por el 22 de mayo) en la revista inglesa de Medicina Lancet se publicó un trabajo que demuestra que la hidrocloroquina no solo es ineficaz en el Covid, sino que es dañina. Los autores estimaron “una tasa de mortalidad más alta” en los pacientes que recibieron el tratamiento. El motivo se entiende muy bien: La droga induce modificaciones de la parte del electrocardiograma que se llama QT, la repolarización eléctrica del corazón, que se prolonga y puede ser la causa de arritmias ventriculares mortales.

Todos los medicamentos antivirales tienen una cantidad de efectos dañinos y hay que recordar que no existe un antiviral específico contra el Covid-19.

Todos los investigadores que están trabajando en el tema tendrán que entender si hay fases de la enfermedad en las que el uso de estos medicamentos sea más efectivo; considerando también los efectos secundarios que pueden causar. Por ejemplo, no está claro si es mejor administrarlo en las primeras etapas de la enfermedad, cuando los síntomas son menos severos para reducir el riesgo de que empeoren; o en una etapa más avanzada de Covid. De todos modos, los resultados con los antivirales son una desilusión.

Mientras tanto, la investigación continúa en numerosos frentes, también para el desarrollo de medicamentos de nueva generación, diseñados específicamente contra el coronavirus. Numerosos laboratorios y compañías farmacéuticas están trabajando para desarrollar anticuerpos monoclonales (no antes de seis meses) y una vacuna efectiva y segura que va a requerir más de un año. Por el momento contamos con el plasma.

–¿Qué puede decir de los anticuerpos monoclonales? Si bien son promisorios, ¿acaso no serán más onerosos? ¿Es posible que sean accesibles?

–Entre los medicamentos que son capaces de proporcionar un apoyo farmacológico útil para el tratamiento de pacientes que padecen de infección por Covid-19, hay anticuerpos monoclonales: Sustancias que actúan con el mismo principio con que el sistema inmunitario reacciona ante la agresión externa.

Los anticuerpos monoclonales son moléculas biológicas capaces de reconocer, unirse y neutralizar específicamente un antígeno. Están comenzando algunos nuevos ensayos, como el proyecto de investigación entre Toscana Life Sciences de Siena y el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas Spallanzani de Roma. El objetivo es clonar anticuerpos monoclonales de pacientes convalecientes, comenzando desde su plasma para desarrollar una forma de cura eficiente.

Además de esas iniciativas públicas, hay muchas compañías privadas de drogas en todo el mundo que están trabajando en ese tema. Como decía antes, no habrá nada de concreto sobre eso antes de seis meses y después de ese tiempo serán accesibles, con un cierto costo. Sinceramente no puedo predecir su costo y si serán más onerosos que otras formas de terapia.

–¿Qué piensa de las iniciativas para hallar una vacuna? ¿Será más viable el tratamiento con plasma o una vacuna para poner fin a este tormento?

–Tienen que ver las dos cosas con los anticuerpos. Como decía Mao Zedong (Mao Tse-tung), si una persona quiere comer pez, le puede dar enseguida lo que pide (plasma con anticuerpos) o enseñar a pescar (vacuna y favorecer la formación de anticuerpos). Cuando se administra plasma convaleciente, se transfieren los anticuerpos del donante al enfermo. Cuando se da una vacuna a un sano lo que se quiere es generar la inmunidad contra una enfermedad. La vacuna, en la realización de la cual están trabajando más de 70 laboratorios en todo el mundo, está formada por virus atenuados o inactivados utilizados por el organismo para producir anticuerpos, sin causar daño. Seguramente la vacuna va a llegar a todos los casi 8.000 millones de individuos que viven en todo el mundo; pero es imposible cubrir a todos contemporáneamente. Se tomarán las personas más ancianas, con mayor riesgo, en un primer instante, dentro de no menos de un año; y en tres a cuatro años se llegará a cubrir a todos con la contribución de muchos laboratorios que hacen lo mismo. Los anticuerpos, inmunoglobulinas IgG, pueden proteger, como la vacuna de la gripe, por un año. Si así fuese, se tendrá que renovar la vacuna cada año, tal vez con una bivalente junto a la vacuna de la gripe.

–¿Hasta qué punto considera que representa un peligro para el Paraguay el hecho de que Brasil vaya camino a ser el próximo epicentro de la pandemia? ¿Cree oportuno que las fronteras se mantengan cerradas por todo el año o por más tiempo?

–Sí, lastimosamente está pasando eso. En muchas naciones de Latinoamérica el virus se está difundiendo mucho. Nuestro país es una excepción, gracias a las medidas tomadas con gran antelación. Junto al Paraguay, Costa Rica y Uruguay se distinguen por eso. Claro, defender ahora las fronteras contra esa invasión de parte de Brasil no es fácil, pero no imposible.

Los gobernantes de ahora están muy bien preparados. Claro, el enemigo este, no lo conocemos todavía bastante. Pero las decisiones tienen que ser siempre muy rápidas porque el enemigo, además de ser muy peligroso, es invisible. No conoce religión, razas y menos de fronteras.

Sinceramente, no estoy en condiciones de responder completamente a parte de su pregunta. ¿Por cuánto tiempo? No lo sé. Además de no ser un virólogo, no sé adivinar las cosas. Hay que seguir la evolución de la situación con mucho pragmatismo. Al daño sanitario no hay que sumar un daño económico, que podría ser peor. De todos modos, Paraguay está considerada como la nación que mejor enfrenta ese problema en Latinoamérica y tiene que hacer de todo para consolidar ese sitial.

Perfil
Jorge Salerno Uriarte
Nació en Asunción (Paraguay) el 22 de abril de 1947. Se recibió de médico en la Universidad de Pavía (Italia). Se especializó en la Universidad de Londres y en la Harvard Medical School, Boston, EEUU. Es profesor full de la Cátedra de Cardiología de la Universidad de Insubria y director de Cardiología de esa institución. Es miembro y consejero en editoriales científicas de diferentes revistas internacionales de Medicina General y de Cardiología. Tiene en su haber numerosas publicaciones científicas de su especialidad, entre ellas: Impact Factor 1500.08, Hirsch-Index 39. Peer-reviewpapers 547.

En Paraguay se dispone de todo lo necesario para encarar completamente todo lo relacionado a la administración de plasma convaleciente. Toqué con mi mano a muchos de los 48 casos que mandaron ahora para la publicación (en una revista científica) y te digo que la letalidad es prácticamente cero.