Diputados arrancó ayer la segunda vuelta de estudio del proyecto de ley que establece el Presupuesto General de la Nación (PGN) para el 2023.
Sin mucha discusión como en primera instancia y como sugirió la Comisión de Presupuesto, presidida por el oficialista Arnaldo Samaniego, la Cámara Baja ratificó en gran parte su media sanción inicial del plan de gastos, lo que implica un monto global de G. 105,32 billones (USD 14.839 millones) y un déficit del 2,3% del PIB (ver infografía).
El PGN 2023, con lo aprobado ayer, contempla un aumento de G. 146.863 millones (USD 20,7 millones) frente al monto enviado por el Ejecutivo y una sobreestimación de ingresos tributarios por valor de G. 156.542 millones (USD 22 millones). Esta, según el Equipo Económico Nacional, es igualmente la versión “menos peor”, ya que en Senado era mucho mayor el descalce, el abultamiento de la recaudación de impuestos y el desembolso en sueldos.
Con esta decisión, Diputados confirmó la creación de 1.348 cargos; reajustes salariales para funcionarios del Congreso, Registro Civil, Defensa Pública, UNA y Mades; y el aumento en las gratificaciones para 425 directores. Descartó unos 1.500 nuevos nombramientos, subas para docentes universitarios y nuevos puestos para funcionarios en el Indi, entre otros.
Endeudamiento. La Cámara Baja, no obstante, decidió como único cambio aceptar el presupuesto del Ministerio de Salud en la versión Senado.
Esta modificación incluye un redireccionamiento de G. 116.000 millones para esta cartera, financiados en un 50% con deuda y en un 50% con impuestos. Con ese dinero se financiará un aumento general de G. 400.000 para 42.792 funcionarios de blanco, la carrera de enfermería para 1.308 personas y la nivelación del sueldo para 3.429 personas.
Como ambas cámaras ya dieron su visto bueno a estos cambios, los mismos ya quedaron sancionados y pasarán directamente al Ejecutivo, sin la necesidad de pasar por una segunda vuelta en el Senado.
El uso de la deuda para financiar el gasto salarial sanitario fue una medida excepcional adoptada por el Gobierno en la pandemia, de modo a que no falten médicos y enfermeros en los hospitales. Sin embargo, con lo aprobado ayer se va perpetuando esta práctica, prohibida por la Ley 1535 de Administración Financiera.
El Senado tendrá la última palabra
El proyecto de ley que establece el PGN para el 2023 vuelve ahora al Senado para su estudio final, antes de ser derivado al Ejecutivo para su promulgación o veto.
De acuerdo con el procedimiento legislativo vigente, la Cámara Alta requiere de un mínimo de 23 votos para confirmar su versión, de lo contrario, quedará vigente lo resuelto en Diputados.
Según los datos del Congreso y del Ministerio de Hacienda, el PGN 2023 versión Senado alcanza los G. 105,35 billones, lo que implica que se ha inflado ya en G. 175.000 millones frente a la versión del Ejecutivo, con un aumento en la estimación de ingresos tributarios por G. 184.000 millones.
Opiniones
“Nos hemos preocupado solo en sacar ventajas particulares”
“¿No tenemos que estar pensando en cómo mejorar la calidad de vida de la gente que pasa hambre o que no tiene acceso a salud? Ojalá en algún momento se deje de copiar y pegar el PGN, de acuerdo con la necesidad de los diputados, de acuerdo con los votos. Acá solo analizamos desde el punto de vista del funcionario público, y eso no significa que no haya merecimientos, pero no podemos estar pensando solo en más salarios.
Para que uno pueda superar una etapa que estuvo haciendo mal, hay que reconocer. Nosotros, la clase política, tenemos que reconocer que nos hemos preocupado solo en sacar ventajas particulares, algunos sinvergüenzas que se enriquecen, otros que roban asquerosamente.
Hay una miserabilidad tremenda en la clase política”. Édgar Acosta, diputado PLRA.
“Se incrementan los rubros de acuerdo al poder coyuntural”
“Lastimosamente tenemos un presupuesto que parece que no podemos hacer nada para cambiar la realidad.
El Ejecutivo luego ya envía un PGN sobregirado, imposible de pagar. Todos los análisis y reflexiones que se hacen en cuanto al volumen del PGN, hablan de un presupuesto en negro que alcanza el mismo volumen que el presupuesto oficial.
Se involucra mucho bienestar de la ciudadanía cuando tenemos un PGN que no tiene fondos, que no se va a ejecutar previsiblemente.
El trabajo en la Comisión Bicameral pierde cada vez más fuerza y se dan cada vez más acusaciones en medio de la discusión. Pero no se discute qué debemos revisar, qué priorizar, sino que se incrementan los rubros de acuerdo al poder coyuntura o al poder político”. Norma Camacho, diputada PEN.