Los datos macroeconómicos agregados ahondan en esta visión pesimista, ya que el PIB real per cápita de la región ha disminuido un 0,6 % por año en promedio durante el período 2014-2019.
“Las tensiones sociales... en general reflejan una insatisfacción con ciertos aspectos de los sistemas económicos y políticos”, aseguró Alejandro Werner, director del Hemisferio Occidental del FMI al referirse a Bolivia, Colombia, Chile y Ecuador, que han visto “afectada” la actividad económica.
El caso más evidente es el de Chile, que vive en los últimos tres meses una grave crisis social, y que sufre el mayor recorte de previsiones para este año del organismo, de 2,1 puntos porcentuales menos que lo previsto en octubre, hasta un 0,9 %; y de 0,5 puntos para 2021, hasta el 2,7 %. Los efectos de la protestas en Colombia han sido más leves, y el FMI proyecta que el crecimiento sea del 3,5 %, una décima menos de lo esperado en octubre. La crisis política en Bolivia también hará mella en la actividad económica. Por su parte, Argentina, que enfrenta una complicada reestructuración de su deuda, el FMI espera que se suavice al contracción desde el 3,1 % del pasado al año al 1,3 % en 2020, mismas proyecciones que tres meses atrás. Caso aparte es el de Venezuela, donde el PIB real se ha contraído un 65 por ciento. “Es muy difícil pensar que un país pueda seguir cayendo a tasas anuales del 35 %. Los modelos tienden a apuntar hacia la estabilización, pero no a la recuperación”, aseguró Werner. EFE