Al perdonar y olvidar, somos nosotros quienes sacamos mayor ganancia. Nuestra vida se vuelve más alegre y serena, y no sufrimos por pequeñeces. “Verdaderamente la vida, de por sí estrecha e insegura, a veces se vuelve difícil. Pero eso contribuirá a hacerte más sobrenatural, a que veas la mano de Dios; y así serás más humano y comprensivo con los que te rodean”.
“Aunque vierais algo malo, no juzguéis al instante a vuestro prójimo –aconseja San Bernardo–, sino más bien excusadle en vuestro interior. Excusad la intención, si no podéis excusar la acción. Pensad que lo habrá hecho por ignorancia, o por sorpresa, o por debilidad. Si la cosa es tan clara que no podéis disimularla, aún entonces procurad creerlo así, y decid para vuestros adentros: la tentación habrá sido muy fuerte”.
Con respecto al Evangelio de hoy, el papa Francisco dijo: “El perdón se pide sinceramente, con el corazón, y tiene que ser dado con el corazón a quien cometió el mal. Como el patrón de la parábola evangélica contada por Jesús, que perdona una deuda enorme a un siervo, movido por la compasión de sus súplicas. Y no como el otro siervo hace con su igual, tratándolo sin piedad y haciéndolo llevar a la cárcel aunque fuera deudor de una suma irrisoria.
La dinámica del perdón, es la que enseñó Jesús en el Padre Nuestro. “Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Lo que Jesús nos enseña es:
Primero, pedir perdón y no simplemente pedir disculpas, es tener consciencia del propio pecado, de la idolatría cometida, de las diversas idolatrías y segundo, Dios siempre perdona, siempre. Pero pide que yo perdone. Si yo no perdono, en cierto sentido cierro la puerta al perdón de Dios.
–Pero padre yo me confieso… –¿Y qué haces antes de confesarte?... –Bueno, pienso en las cosas que hice mal... –Está bien… –Después pido perdón al Señor y prometo no volver hacerlo...
–Bien. ¿Y después vas al sacerdote? Antes te falta una cosa: ¿has perdonado a quienes te han hecho mal?, porque el perdón que Dios te dará supone el perdón que tu das a los otros”.
(Frases extractadas del libro Hablar con Dios de Francisco Fernández Carvajal y http://es.catholic.net/op/articulos/5056/cat/331/cuantas-veces-lo-tengo-que-perdonar.html)