Referirnos a la figura de un real exguerrillero tupamaro y actual presidente de Uruguay, José Alberto Mujica Cordano, es peliagudo porque se trata de un popular hombre que sacude las mallas sociales cada vez que habla y actúa con sencillez y sumisión.
Junto a su esposa Lucía Topolansky determinó no habitar la mansión presidencial Suárez y Reyes. Viven en completa austeridad en una chacra con simples mejoras de seguridad e instalación de cámaras. Les acompaña Manuela, una perra de 3 patas que adoptó. “El poder no cambia a las personas, solo revela quiénes realmente son”, considera Mujica. El ex guerrillero, contrario a cualquier falso socialista trajeado y ladrón o pinche burócrata hondureño, visita negocios, restaurantes y cafés junto a su cónyuge. Prescindió de carros blindados y de grupos armados.
oferta por su auto. Lo cuidan dos guardaespaldas, usa chancletas de cuero y conduce todos los días su Volkswagen modelo 87 que el embajador de México en Uruguay le propuso subastar (por ser símbolo de simpleza y rigor) para obtener 10 camionetas 4X4.
Además, un jeque árabe le ofreció un millón de dólares por la “cucaracha”. “Nunca lo venderíamos (el escarabajo) pues ofenderíamos a ese puñado de amigos que se juntó para darnos ese regalo; desde siempre somos amigos de los fuscas (VW)... ahora tenemos dos, uno un poco desvencijado que está guardado en el galpón, que no anda y otro que usamos desde que soy presidente”, señaló a la prensa.
bofetada de simpleza. Su temple es un sopapo para muchos “reyes” que en su moña humillan y pierden todo tipo de recato cuando asaltan insaciables y salen con encendidas peroratas jurando luchar contra los corruptos y su impunidad son sus principales histriones. “Vamos a invertir primero en educación, segundo en educación y tercero en educación. Un pueblo educado tiene las mejores opciones en la vida y es muy difícil que lo engañen los corruptos y mentirosos”, expresó en su momento el jefe uruguayo.
Sus paisanos lo apodaron “Pepe ladrón”, no por corrupto, sino por ganarse el cariño de los necesitados.