–¿Desde Estados Unidos creen que el crimen organizado de grupos como, por ejemplo, Hezbollah, ya está integrado al sistema financiero paraguayo?
–Hezbollah está involucrado con el crimen organizado y el lavado de dinero, y tiene presencia en la triple frontera, pero lo que más me preocupa es que el grupo usa a la región como fuente de financiamiento para sus actividades terroristas en el Medio Oriente. Pero hablando de grupos brasileños como el PCC, Comando Vermelho o Bala na Cara, o el Clan Rotela a nivel local, lo que preocupa es el flujo de dinero que genera violencia e inseguridad pública y contribuyen a la corrupción en instituciones que podría socavar la calidad de vida y la confianza en la democracia.
–¿Pero se tiene información de que esten en las empresas, en el sistema financiero?
–Mi impresión de lo que he observado con el sistema Gafi es que han demostrado algo de confianza en el trabajo de Seprelad ahora. Sin embargo, se conoce que hay preocupaciones por el dinero ilícito y en el sistema bancario en Paraguay y es un factor muy importante para que el presidente Santiago Peña lo atienda, porque esto impide la llegada de inversión, esta percepción de corrupción dentro del sistema paraguayo. Yo no tengo información concreta sobre Seprelad, pero creo que hay confianza en la institución y en la señora Liliana Alcaraz. Pero por lo general yo creo que la cuestión de la percepción de la corrupción en Paraguay es uno de los impedimentos más claros para que Paraguay concrete su potencial en atraer inversión.
–Seguir el lineamiento de Estados Unidos le cuesta al Paraguay perder mercados como China, entre otros. ¿Por qué considera que es un riesgo recibir inversiones chinas en Paraguay?
–Siempre hay beneficios en una inversión, ya sea de China o Europa. Pero hay dos cuestiones, uno, entender la naturaleza de lo que busca China Continental y la capacidad institucional de controlar los riesgos. En el caso de Paraguay tiene que ver también con el contexto de reconocimiento. No hay ningún obstáculo de empresas de China para entrar a Paraguay. Nadie se lo impide, quien lo impide es el gobierno de China. Pero pensando en un cambio de relaciones de Taiwán a China para buscar más oportunidades económicas, veo que primero debe evaluarse si los países han obtenido el beneficio esperado, yo creo que no, en casi todos los casos. Por ejemplo, sí se mira a Costa Rica, República Dominicana o El Salvador. Un factor es el tamaño del país, quizás no es capaz de abastecer la cantidad de lo que China quiera comprar. Otra cosa es si se puede ubicar las exportaciones de las empresas. También la naturaleza del producto. Por qué China compraría materia prima en aviones o contenedores refrigerados pasando por el medio del mundo cuando China posiblemente puede comprar de Vietnam o de Filipinas. En algunos casos se consiguen exportaciones simbólicas de empresarios con lazos con el gobierno, pero la experiencia dice que en ningún caso hubo un aumento en las exportaciones. Lo que pasa es que esto abre la puerta para empresas china en sectores de infraestructura de electricidad o sectores digitales o servicios de construcción o de importación de productos y pueden entrar mucho más rápidamente al mercado local perjudicando a los productores locales. Entonces en términos netos aunque hay una expansión de intercambio comercial casi siempre es algo más perjudicial para los productos locales sin beneficios a exportadores. Otra serie de riesgos en mi opinión es la penetración de la influencia a políticos. En el caso de Paraguay, el riesgo es que pierda los beneficios de Taiwán, el comercio privilegiado de carne de cerdo y res, pero también beneficios de becarios en Taiwán. Lo que veo es que esa relación sería como una serie de influencias que haría más complicado de expresarse de forma crítica a China Continental.
–Sin embargo, los productos chinos ya ingresan al mercado paraguayo y es el único de la región que no tiene relación con China, lo que es cuestionado por el sector productivo.
–Pero una vez que hay un trato de comercio libre, como el caso de El Salvador, Honduras o Nicaragua, abre mucho más rápido la puerta, con el arancel cero, más ampliamente. Cuando empieza a llegar las empresas grandes chinas es un proceso más complicado. No se puede reemplazar lo de Taiwán con China.
–¿Cuál es el interés que tiene Estados Unidos con la Hidrovía? Se habla de presencia de militares, por un lado, y de una negativa a la influencia china en la zona.
–Hubo un proyecto en Paraguay con el Cuerpo de Ingenieros, que no era con militares estadounidenses, sino un grupo de ingeniería ayudando a Paraguay a hacer sus ríos más navegables. Creo que por el gobierno peronista en Argentina fue como distorsionado, para hacer lucir como que “los gringos están haciendo algo nefasto”. Fue muy malentendido. La hidrovía es un punto de acceso estratégico para toda la región, por su vida comercial y su acceso al mar. Estados Unidos desea que esto sea económicamente saludable para la región. En cuanto al caso de este dragado de Shanghai, durante años hubo una empresa de Bélgica que operaba el dragado, pero las relaciones que tenía Argentina con el gobierno peronista querían cambiar a la empresa china. Nunca hubo nada militar estratégico, sino expresar algo de preocupación.
–¿Pero el interés concreto del gobierno de Estados Unidos, cuál es?
–Yo creo que lo que quiere Estados Unidos con todo es, exceptuando preocupaciones por infraestructura de puertos duales, espacios duales, yo creo que hay ciertas cosas en que, posible uso militar en tiempo de guerra levanta preocupación, pero específicamente en cuanto a la otra cosa, para mí lo clave es, en esta pregunta, este tema de transparencia en un marco igual para todos para evitar, lo que yo he visto de China Continental, de usar su famoso poder del mercado de influenciar las reglas para lograr ventajas que benefician a ellos. Es el control del puerto, de las vías, etcétera. Entonces hay un interés en mantener un sistema que está abierto, con acceso igual para todos y no prometer que un país use su posición económica para captar más control de infraestructura. La misma cosa con electricidad, cuando las empresas chinas controlan el 57% de la infraestructura de electricidad en Chile, casi 100% en Lima, Perú. Cuando Huawei controla 40% de la infraestructura de comunicación. Es imposible, por ejemplo para Nokia de competir. Es una lucha contra el monopolio.
Académico. Es profesor de investigación sobre América Latina y el Caribe para el Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de los EEUU. Sus trabajos se enfocan en las relaciones entre América Latina y actores externos como China, Rusia e Irán.