China reiteró ayer que tomará represalias contra la subida de aranceles que anunció en agosto el presidente Donald Trump, aunque no especificó en que consistirán.
El Ministerio de Finanzas incidió ayer en que el país asiático deberá tomar contramedidas si EEUU finalmente impone nuevos aranceles del 10% sobre importaciones chinas valoradas en 300.000 millones de dólares, a partir del 1 de setiembre.
Según Finanzas, la medida estadounidense supuso una “seria violación” de los consensos alcanzados entre los líderes de los dos países, Xi Jinping y Donald Trump, y una “desviación del camino correcto para negociar y resolver sus diferencias”.
Sin embargo, el pasado martes, EEUU anunció que retrasaba hasta el 15 de diciembre parte de la subida de aranceles que entrarían en vigor en setiembre.
Con ese alivio temporal de la presión ante una nueva ronda de negociaciones, EEUU pareció reflejar su preocupación sobre el impacto que la guerra comercial con el gigante asiático tiene en la economía nacional, que ha ido creciendo en los últimos meses. Pero China parece hacer oídos sordos al retraso en la aplicación de la subida arancelaria de Trump, quien reconoció públicamente que los gravámenes podrían impactar a los ciudadanos, algo que hasta ahora había negado rotundamente. EFE