Juan José Brull
ÑEEMBUCÚ
Una peligrosa fisura se observa recientemente en parte de la estructura de lo que fue el imponente templo en honor a San Carlos Borromeo, más conocido como las ruinas de Humaitá –que es patrimonio histórico nacional–, ubicado en Ñeembucú.
Ante esta situación, las autoridades municipales hacen un llamado urgente para una inmediata intervención por parte de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC), ente encargado de velar por los sitios históricos.
La grieta es importante y se estima que puede provocar la caída de una parte de la estructura de este patrimonio histórico. El intendente del distrito, Julio César Caballero, refirió que están preocupados por lo que muestra la histórica ruina.
Por ello, enviaron una nota a la Secretaría Nacional de Cultura para que se implemente una rápida intervención del patrimonio histórico de todos los paraguayos.
Ante la aparición de fisuras en la estructura del monumento, la sugerencia es que en lo posible no se permanezca bajo la estructura de este valioso patrimonio, ínterin las instituciones correspondientes tomen las decisiones pertinentes.
Necesita con urgencia trabajos de consolidación general. Los que llegan al lugar son testigos del daño en la estructura, que puede provocar daños mayores.
Este lugar es muy visitado por turistas en cualquier época del año. Es un símbolo de la resistencia durante la Guerra contra la Triple Alianza.
UN POCO DE HISTORIA. La histórica ruina del templo de Humaitá fue construida e inaugurada durante el gobierno de don Carlos Antonio López, el 1 de enero de 1861 en honor al pueblo humaiteño y a su santo patrono, San Carlos Borromeo.
La iglesia fue en su mayor parte destruida por los impactos de la artillería brasileña, durante la Guerra Grande.
La estructura fue destruida a cañonazos por los aliados durante la contienda. Estas ruinas representan el heroísmo, valentía y fortaleza de un pueblo que defendió con su vida la soberanía e independencia de su amado terruño.
La gestora cultural Vicenta Miranda comentó en el 2018 que cerca de 5.000 soldados, en pasamano, acercaron los ladrillos hechos en el distrito para la edificación de la iglesia de San Carlos Borromeo.
Su diseño estuvo a cargo del ingeniero húngaro Francisco Wisner de Morgenster y la construcción, del arquitecto Alejandro Ravizza. Se inauguró en 1861 y su esplendor duró pocos años.