Fotos: Fernando Franceschelli / Getty Images
Welcome to Becas Hayes (Bienvenidos a Becas Hayes) es el título en grande que se lee a primera vista, al abrir el nuevo mensaje recibido en el buzón de entrada del correo electrónico. Es la aceptación que informa el beneficio de una beca para aprender inglés por dos años. Este mail significó una puerta de oportunidades para más de un joven. Les pasó a Camila Jiménez (19) y a Ever Tuaso (25) hace más de un año. Ella estaba por entrar al aula de clase para dar una materia en la facultad, cuando leyó la noticia. Él estaba camino al laboratorio de su carrera, cuando abrió la notificación del celular. En cambio, a Brenda Chávez (19) se lo comunicaron hace dos años, con una llamada, en el momento justo en que reflexionaba sobre la posibilidad. En los tres —la noticia— produjo el mismo efecto: la emoción de un triunfo y la ilusión de seguir creciendo.
La Fundación de la Cámara de Comercio Paraguayo Americana (Amcham) nació en 1995. Desde entonces y hasta hoy, se ha sostenido sobre cuatro ejes: la economía y las finanzas, el emprendedurismo, el liderazgo femenino y las Becas Hayes. Estas últimas son un beneficio social que se creó en 2007 y están destinadas especialmente a jóvenes sobresalientes de escasos recursos que tengan el interés de aprender el idioma nativo de los Estados Unidos. Este año, el programa cumple una década de vigencia.
Este mismo programa inicialmente fue denominado como Microbecas de Inglés. Con el tiempo también se llamó Building the Fulbright Future, y en la actualidad es más conocido como Becas Hayes.
La selección de becados es un proceso riguroso, y anualmente se otorga hasta a 75 estudiantes de nacionalidad paraguaya. Para elegir a los beneficiados, según el perfil requerido, se conforma una mesa con representantes de la Fundación Amcham, el Centro Cultural Paraguayo Americano (CCPA), socios de la Cámara de Comercio Paraguayo Americana y la Embajada norteamericana. “Más de 100 empresas han aportado durante estos años. Y no necesariamente son todas empresas, también hay aportantes particulares, ya que esto se sustenta a base de donaciones para los becarios”, explica Daniel Parodi, el actual presidente de la fundación.
Formador de historias
Para postular al programa de Becas Hayes no hay distinción de procedencias. Es decir, un joven de hasta el más remoto punto del país, que esté terminando la secundaria o comenzando la universidad, puede inscribirse a la convocatoria, bajo el compromiso de cumplir con todos los requisitos exigidos. Camila, Ever y Brenda son jóvenes que cumplieron con todas las exigencias. Han tenido que compaginar sus estudios universitarios con las clases de inglés, los fines de semana.
Camila vive en Capiatá y estudia Ingeniería en Sistemas de Producción. Considera que aprender inglés es fundamental para la profesión que eligió. Por sobre todo, está entusiasmada con los amigos que hizo. “Tengo compañeros de muchas partes del país que son geniales, y con los que me identifico, con las mismas ganas de aprender y de superarnos”, cuenta. Por su parte, Ever revela que tomó el ejemplo de su hermana menor para animarse a postular. “Ella terminó todos los cursos y era impresionante todo lo que aprendió", señala. Él sigue Ingeniería Electrónica y anhela continuar aprendiendo el idioma en Estados Unidos, donde tiene pensado hacer un postgrado. Todo lo que va aprendiendo desea abocarlo a futuro en la educación de los niños. En cuanto a Brenda, que hace la carrera de Arquitectura, considera que esta es una oportunidad importante. “A partir de las clases fui aprendiendo más, hasta de cosas que no tenía idea, por eso este programa de becas es genial. Porque aparte de eso te vas culturizando”, expresa. Según el presidente de la Fundación Amcham, para el sector que destinan las becas, esto representa un desafío. “No hay que tener miedo de aventurarse y crecer”, agrega.
A Camila una vez le pidieron resumir, en una frase, lo que significa para ella la Beca Hayes. Ella describió: “Es una brújula para los sueños”. Y esta ayuda económica es eso, una dirección que apunta el camino que lleva a la puerta de oportunidades.