Al menos 300 líneas de bus dejaron de prestar servicio en todo el país, desde la medianoche, luego de que fracasaran las negociaciones entre el sindicato nacional, Unión Tranviarios Automotor (UTA), cámaras empresarias y el Gobierno en torno al financiamiento del sistema de transporte.
“Esta negociación paritaria se inició en febrero y hasta la fecha solo se nos han realizado ofrecimientos por debajo de la inflación”, informó la UTA antes de ratificar la medida de fuerza.
Según datos oficiales, la huelga afectó a 31 líneas de buses que circulan solo en Ciudad de Buenos Aires, 102 que prestan servicio únicamente en provincia de Buenos Aires y 103 de jurisdicción nacional que realizan recorridos entre el conurbano bonaerense y la capital argentina.
Las 68 líneas de la empresa Doscientos Ocho Transporte Automotor (Dota) junto a las 27 de la compañía Metropol mantienen su servicio habitual en el AMBA, ya que no se encuentran nucleadas bajo el gremio del transporte.
El Gobierno de Milei calificó el paro de “extorsivo”.
La medida de fuerza impactó de lleno en el resto del país, donde los buses representan casi el único servicio de transporte urbano, provincias del norte como Misiones, Corrientes y Chaco afectó a miles de usuarios e incrementó el uso de taxis o vehículos de aplicaciones móviles. EFE