Olimpia estaba haciendo un partido pobre ante Nacional en el Defensores del Chaco y prácticamente no había creado situación clara de gol hasta que llegó el testazo del ahora defensa central al minuto 18 de la etapa complementa.
Se desató la alegría en el sector Sur donde siempre se encuentra la parcialidad franjeada y el dueño del dorsal 13 dejó escapar unas lágrimas por lo que significa volver a marcar para su club querido, cosa que no se daba desde el 17 de junio del 2009 frente a Sportivo Luqueño.
El llanto no solo se debió por haber esperado tanto para anotar sino porque desde aquel momento Paredes vivió momentos complicados. Salió del club por divergencias con la directiva de ese entonces, pero en el 2011 retornó a su casa de siempre.
REGALO DE LA VIDA. El futbolista comentó en conferencia de prensa que “jugar por la gloriosa camiseta del Olimpia es un regalo que me da la vida (...) no hay motivación mayor que defender la camiseta de Olimpia”.
Paredes explicó que “es un momento difícil, solo con estas cosas podemos seguir adelante”. Al referirse sobre sus lágrimas, el experimentado contó que “hay cosas que uno tiene adentro, y que es mejor callar. Es una forma de demostrare el sentimiento que tengo hacia el club”.
EL RESPETO GANADO. Paredes es un jugador símbolo de Olimpia. Tan grande es el aprecio que le tienen que cuando marcó en propia puerta el gol que sirvió para el triunfo de Nacional (3-2) en juego por el Apertura 2013, la hinchada lo animó coreando su nombre y en ningún momento lo recriminó. ¡Y cómo recriminar a un símbolo del club que siempre, jugando o no, deja todo por la camiseta que ama! Esta noche, su gol abrió el camino para vencer por 2-0 a Nacional.