Mientras que para el fiscal Luis Piñánez, el perito Mateo Nakayama se ratificó en su pericia sobre dos inmuebles del diputado Miguel Cuevas; para la defensa, su declaración es inconsistente y refutable. El juicio sigue el lunes.
Según Piñánez, el perito tasador Mateo Nakayama estableció como diferencias en las mejoras de dos inmuebles concretamente la casa por un valor de unos G. 1.606 millones y en cuanto a mejoras realizadas en la estancia por valor de cerca de G. 600 millones.
Apuntó que con relación a lo que la defensa afirmaba sobre que Nakayama iba a presentar una aclaración solicitada por el Tribunal, donde supuestamente iban a disminuir los montos, “eso es totalmente falso. Al contrario, el perito nuevamente demostró a través de distintas operaciones que los montos son los mismos establecidos en su pericia”, afirmó.
También dijo que se demostró en forma categórica que Nakayama ha puesto año por año ante el tribunal, los progresos que tuvieron esos inmuebles a partir de los años; en el caso de la casa del año 2011 en adelante y sobre la estancia en los años 2015 a 2016.
Sobre el otro perito que declaró, Luis Rubén Brítez, del Poder Judicial, también estableció valores que no pudo cuantificar porque no hizo una suma de todos ellos. Simplemente detalló algunos montos, pero no pudo explicar la fuente, afirmó.
DEFENSA. Por su parte, el abogado Guillermo Duarte señaló que Nakayama vino a decir que se ratificaba en los resultados anteriores, pero cuando le volvimos a preguntar cómo hizo sus cálculos, no lo pudo hacer.
La defensa cita la revista Costos, donde el precio por metro cuadrados era de G. 2.001.951, pero lo redondeó en G. 2.500.000, por lo que no puede demostrar de dónde salen los números.
Añadió que tampoco pudo señalar si sumó o no los costos del maderamen. “Se demostró que Nakayama mintió; que no es creíble y que es absolutamente refutable”, aseguró.
Sobre el perito judicial, Luis Brítez aseguró que hizo un trabajo jurídico, con el valor de compra al tiempo de adquisición y que desglosó las compras. Al final, la diferencia es de G. 4.000 millones.