Ante un lienzo de la Virgen Desatanudos, en una maratón de rezo de rosario guiado por el papa Francisco desde los jardines del Vaticano, en simultáneo con los fieles paraguayos a través de la Basílica de la Virgen de los Milagros de Caacupé, además de otros templos marianos del mundo, millones de católicos oraron por el fin de la pandemia del coronavirus.
El santuario de la Virgen Serrana reunió a más de 100 personas entre fieles, autoridades religiosas, el coro para seguir la transmisión simultánea con 30 templos marianos. Monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, acompañó a las 38 rezadoras de distintos movimientos religiosos y al casi centenar de fieles que rezaron al unísono por las intenciones o cinco nudos que desatar.
El Sumo Pontífice de la Iglesia Católica abrió el rezo con unas breves palabras dirigidas a la Virgen Desatanudos a quien pidió que se desaten los muchos nudos que atan nuestras vidas.
‘‘Te hemos pedido que intercedas por nosotros ante tu Hijo Jesús cada día sosteniendo en nuestras manos el santo rosario. Hemos dirigido nuestra mirada a ti Madre de Misericordia rogando que la pandemia termine y que la humanidad pueda retomar su vida cotidiana con mayor seguridad’’, expresó.
El Papa señaló ante la Virgen que son muchos los nudos que apremian nuestras vidas y atan nuestras actividades. ‘‘Son nudos de egoísmos, de indiferencia, nudos económicos y sociales, nudos de violencia y guerras. Con tu obediencia desataste el nudo de la desobediencia de Eva, con tu fe desataste lo que Eva había atado con su incredulidad’’, dijo.
Más de 15.000 fieles siguieron en vivo las transmisiones desde la página @tupasycaacupe, @ParroquiaMauxi y por @Telefuturo.
En la Basílica de Caacupé se observó la participación de médicos del Hospital de la ciudad, así como varias personas que llegaron desde San Lorenzo, Ypané, Fernando de la Mora, y de varias otras localidades del país que ya no pudieron ingresar al santuario por las limitaciones del agendamiento que exige el protocolo sanitario.
Estas personas que no pudieron entrar en el templo siguieron de cerca el rezo desde la parte frontal del santuario, a través de los altavoces que se disponían, informó el corresponsal de ÚH Darío Bareiro.
En otro momento, el Sumo Pontífice rogó a la Madre Santa que desate también los nudos que nos oprimen material y espiritualmente. El primer misterio fue para desatar “las relaciones heridas, la soledad y la indiferencia’’ de este tiempo.
Entre las otras intenciones, se pidió por los desempleados: jóvenes, mujeres y padres de familia, y los que buscan trabajo y por aquellos que mantienen sus empleos.
Se dedicó un misterio por el fin de la violencia contra las mujeres en las casas y el apoyo a las investigaciones científicas, pidiendo que los descubrimientos como las vacunas y los fármacos sean accesibles para los más pobres y débiles.
Por último, se rezó por la pastoral, las iglesias, parroquias, oratorios, los centros de evangelización para que recuperen el entusiasmo y tengan nuevo impulso en toda la vida pastoral y para que los jóvenes puedan casarse y construir una familia.