Tras el rezo dominical del Ángelus asomado a la ventana del palacio pontificio, Francisco recordó que el sábado las Naciones Unidas celebraron el día Mundial de los Refugiados y exhortó a un empeño renovado y eficaz de todos en favor de la protección efectiva de cada ser humano, en particular de los que se vieron obligados a huir debido a situaciones de grave peligro para ellos o sus familias.
El pontífice argentino agregó que “otro aspecto sobre el que la pandemia nos hizo reflexionar es la relación entre el hombre y el medio ambiente”.
Recordó que la cuarentena “redujo la contaminación y redescubrió la belleza de muchos lugares libres de tráfico y ruido” e instó: “Ahora, con la reanudación de las actividades, todos deberíamos ser más responsables de cuidar el hogar común”.
Alabó todas las iniciativas que se mueven en esa dirección en el mundo y que fomentan “una ciudadanía cada vez más consciente de este bien común esencial”.
Por otra parte, Francisco recordó que ayer en su país natal, Argentina, y en otras partes del mundo se celebra el Día del Padre y quiso asegurar su cercanía y oración “a todos los papás”.
“Sabemos que ser papá no es un trabajo fácil y, por eso, recemos por ellos”, dijo Jorge Bergoglio, quien también quiso recordar a todos “nuestros padres que siguen protegiéndonos desde el cielo”.
Francisco hizo notar que poco a poco hay más peregrinos en San Pedro que acuden los domingos, también llegados de otros países, después del confinamiento que obligó a cerrar la plaza al público.
RETORNO. El papa emérito Benedicto XVI, de 93 años, regresa hoy al Vaticano tras visitar a su hermano, George Raztinger, en Ratisbona, en Alemania. Viajó por sorpresa el pasado jueves para ver a su hermano de 96 años que estaba enfermo, ya que “sería la última vez que los dos hermanos se fueran a ver”.