Como suele ser habitual, el Pontífice aprovechó el mensaje de Pascua, leído desde la logia central de la fachada de la basílica de San Pedro, antes de dar su bendición Urbi et Orbi, para enumerar los problemas y conflictos que aquejan al mundo. “Que Cristo resucitado acompañe y asista a los pueblos de América Latina que, en estos difíciles tiempos de pandemia, han visto empeorar, en algunos casos, sus condiciones sociales, agravadas también por casos de criminalidad, violencia, corrupción y narcotráfico”, dijo el Papa sin citar ningún país en particular como en otras ocasiones.
pidió por la paz. Francisco también pidió que llegue la paz a Ucrania arrastrada por una guerra cruel e insensata, en su tradicional mensaje de Pascua, leído desde el balcón de la logia central de la fachada de la basílica de San Pedro antes de la bendición Urbi et Orbi. Francisco lamentó que tras la pandemia era el momento de salir juntos de la mano y, sin embargo, “estamos demostrando que tenemos todavía en nosotros el espíritu de Caín, que mira a Abel no como a un hermano, sino como a un rival, y piensa en cómo eliminarlo”.
Y su llamamiento fue: “¡Dejemos entrar la paz de Cristo en nuestras vidas, en nuestras casas y en nuestros países!”
“Que haya paz en la martirizada Ucrania, tan duramente probada por la violencia y la destrucción de la guerra cruel e insensata a la que ha sido arrastrada. Que un nuevo amanecer de esperanza despunte pronto sobre esta terrible noche de sufrimiento y de muerte”, dijo.
“Que se elija la paz. Que se dejen de hacer demostraciones de fuerza mientras la gente sufre”, aseveró Bergoglio asomado al balcón en el que se presentó al mundo como papa el 13 de marzo de 2013. Y rogó: “Por favor, no nos acostumbremos a la guerra, comprometámonos todos a pedir la paz con voz potente, desde los balcones y en las calles”.
lugares santos. El Papa abogó ayer por un acceso “libre” a los lugares santos de Jerusalén, donde en los últimos días los enfrentamientos entre fieles musulmanes y las fuerzas israelíes dejaron decenas de heridos en la explanada de las Mezquitas. “Que los israelíes, los palestinos y todos los habitantes de la Ciudad Santa, junto con los peregrinos, puedan experimentar la belleza de la paz, vivir en fraternidad y acceder con libertad a los Santos Lugares, respetando mutuamente los derechos de cada uno”, dijo el Santo Padre.