“Hoy vemos una forma de egoísmo. Vemos que algunos no quieren tener hijos. A veces tienen uno, y ya, pero en cambio tienen perros y gatos que ocupan ese lugar”, subrayó el papa durante la primera audiencia general del año en la sala Pablo VI.
El pontífice exhortó también a las instituciones para que faciliten los procesos de adopción, de modo que el sueño de los niños que necesitan una familia y de las parejas que desean acogerlos se haga realidad.
“La negación de la paternidad y de la maternidad nos menoscaba, nos quita humanidad, la civilización se vuelve más vieja”, dijo.
El papa volvió a criticar el llamado “invierno demográfico” y la “dramática caída de la natalidad” que se registra en numerosos países occidentales e instó a tener hijos o a adoptarlos.
“Tener un hijo siempre es un riesgo, ya sea natural o adoptado. Pero más arriesgado es no tenerlo. Más arriesgado es negar la paternidad, negar la maternidad, ya sea real o espiritual”, recalcó el pontífice.
NÚMERO CIRCENSE. Al final de la audiencia, como es habitual, el Papa asistió a varios números preparados por un circo con payasos, malabaristas, bailarines y músicos, en un ambiente festivo que contrastaba con el escenario solemne del Vaticano.
Una veintena de miembros del circo Ronny Roller, que estos días se encuentra en Roma, salió a actuar delante de Francisco al término de la audiencia general, donde las decenas de personas que acudieron a escuchar al Papa se encontraron con esta sorprendente exhibición.
“Agradezco a los chicos y chicas del circo por este espectáculo que nos pone en contacto con la belleza”, que es “un camino para llegar al Señor”, dijo el Papa, que quiso recalcar las “horas y horas de entrenamiento, de trabajo que hay detrás de esto para llegar a una actuación así”.
Tras varios números, los artistas se despidieron levantado una gran ovación e incluso algunos vítores entre los fieles, mientras el Papa sonriente les devolvía el saludo.