Al ser reconocido mártires, no necesitaron ningún milagro, sino el parecer favorable de los miembros de la Congregación para las Causas de los Santos. Los nuevos beatos, seminaristas y sacerdotes de la diócesis de Granada, murieron asesinados entre julio y setiembre de 1936.
La apertura de la investigación diocesana para el proceso de beatificación se inició el 1 de julio de 1999.
Asimismo, el Papa aprobó el decreto que reconoce las “virtudes heroicas“, primer paso para la beatificación de la monja carmelita Ana de Lobera Torres, discípula de Santa Teresa de Jesús, que a su muerte continuó su obra. La misma nació el 25 de noviembre de 1545 en Medina del Campo y murió el 4 de marzo de 1621 en Bruselas.
“Venerable siervo de Dios” es el título dado a una persona que vivió “las virtudes de manera heroica”. El camino hacia la santidad cuenta con varias etapas. La primera es ser declarado “venerable siervo de Dios”; la segunda, “beato”; y la tercera, “santo”. EFE
