“Otro cura de la Diócesis de Matagalpa ha sido secuestrado por la Policía Nacional mientras se dirigía a celebrar la santa misa” este domingo, dijo en sus redes sociales Molina, autora del estudio Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?, y que da seguimiento a esos casos.
“Se trata del sacerdote Denis Martínez. Oremos para que se respete su integridad física y sicológica”, indicó la abogada que se encuentra exiliada en Estados Unidos.
En la víspera fue detenido el sacerdote nicaragüense Leonel Balmaceda, de la Diócesis de Estelí, también en el norte de Nicaragua.
Las autoridades también detuvieron a la laica Carmen Sáenz, colaboradora de la Curia Episcopal de la Diócesis de Matagalpa.
De momento, ni el Gobierno de Nicaragua ni la Policía Nacional han ofrecido sus versiones sobre la denuncia de esas detenciones, y generalmente no suelen pronunciarse.
Presión. Según la investigadora Molina, “la dictadura sandinista pretende exterminar la presencia de la Iglesia Católica en la Diócesis de Matagalpa”.
La Diócesis de Matagalpa es dirigida desde el exilio por el obispo desnacionalizado Rolando Álvarez, que fue excarcelado y enviado a Roma en enero pasado.
El jerarca católico también es el administrador apostólico de la Diócesis de Estelí.
El jueves pasado, el Gobierno de Nicaragua informó que envió al Vaticano a un grupo de sacerdotes nicaragüenses que, según fuentes católicas, se encontraban detenidos y bajo vigilancia policial en el Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima, en Managua.
Los sacerdotes nicaragüenses enviados al Vaticano el miércoles pasado son Édgar Sacasa, Ulises Vega, Marlon Velázquez, Víctor Godoy, Harvin Torres, Jairo Pravia y Silvio Romero, todos de la Diócesis de Matagalpa.
Fuentes políticas afirman que el gobierno de Ortega está presionando al Vaticano para nombrar un nuevo obispo en la Diócesis de Matagalpa y en la Diócesis de Estelí.
El gobierno de Ortega acordó en enero pasado con la Santa Sede el envío al Vaticano de Álvarez y del obispo Isidoro Mora, junto a 15 sacerdotes y dos seminaristas nicaragüenses, a los que tenía privados de libertad.
El 18 de octubre pasado, el Gobierno nicaragüense también excarceló a 12 sacerdotes y los envió al Vaticano tras un acuerdo con la Santa Sede, aunque entre estos no estaba el obispo Álvarez, que se resistía a abandonar el país.
Antes, el 9 de febrero de 2023, las autoridades excarcelaron a otros ocho sacerdotes y los enviaron a Estados Unidos, como parte de 222 excarcelados políticos nicaragüenses.