13 jun. 2025

Oportunidad

Benjamín Fernández Bogado

El año lectivo tradicional corre el riesgo de concluir un poco después de haberse iniciado. Clases cerradas, alumnos y maestros confinados en sus casas, experimentos tecnológicos incipientes y frágiles, conducción oficial errática, padres al borde de un ataque de nervios e impotencia en colegios públicos y privados. Tenemos todos los elementos para buscar soluciones creativas dentro de los saberes que tenemos y las capacidades instaladas en la sociedad. “La educación es un compromiso de todos”, fue acaso uno de los tantos mantras o refranes de márketing para crear algo ilusorio, pero no realista. Estamos mal en educación desde hace mucho tiempo y sus resultados han sido peores cada año. Recuperemos la mística que construyeron los maestros guaireños Delfín Chamorro y Ramón I. Cardozo con saberes que hacen parte de nuestra condición educativa, porque como bien decía un pedagogo: nadie enseña nada a gente que ya sabe.

Una propuesta para salvar el año lectivo. Convocar a la mayor alianza educativa que recuerde el Paraguay. Vamos a censar a todos los que saben algo que puedan enseñar. Identificaremos dónde viven y qué saben. Será voluntario y el objetivo es que cada uno diga en qué vecindario habita y qué tiempo puede dedicar diariamente a un par de niños y jóvenes para ayudarlos en el desarrollo de su tarea. El ministerio proveerá la base de datos de lo que tendría que enseñarse y posteriormente evaluará lo aprendido. De los casi dos millones de jóvenes y niños que no pueden asistir a las aulas tradicionales vamos a dividirlos en grupos donde guarden la distancia social y que no corran ni hagan correr riesgos para la salud y que aprendan experiencias absolutamente nuevas en sus vidas.

Vamos a recuperar en el camino el compromiso con la educación, la vecindad solidaria, el reconocimiento de los saberes acumulados en la comunidad y evaluaremos posteriormente con todo ello las bases de una reforma educativa exitosa y real. Esto es cuestión de voluntad, ingenio y compromiso. Las demás plataformas de educación coexistirán con este modelo. Las tecnológicas pueden ayudar a los maestros solidarios y ser desarrollados también por los tradicionales en sus formatos sugeridos. El número que requerimos saldrá de los miles de paraguayos que sean capaces de brindar un conocimiento de la propia experiencia acumulada en aulas y en la vida. Hoy los maestros se jubilan antes de los 50 años y muchos tienen aún mucha energía y voluntad para dedicarles a un par de alumnos una hora diaria o más. ¿Quién se opondrá a este modelo? No creo que nadie. El relevamiento de los maestros voluntarios puede hacerse con la rapidez con la que se relevó la información de los recipientes del programa de ayuda alimentaria Pytyvõ.

Esto es ayudar y dar de comer al intelecto y no creo que nadie rechace compartir lo que sabe en una “olla popular” de sabiduría compartida. Además, comprobaremos que hay más saberes fuera de los límites de un aula o una escuela.

Vamos a reconfigurar de paso la nómina de maestros reales y no funcionarios administrativos con rubros de docentes en el Ministerio. Limpiaremos ese yuyal que deteriora y confunde cualquier política pública que se quiera realizar. No más choferes ni funcionarios con rubros de maestros que se jubilan antes de los 45 años y tienen IPS hasta morir.

Esta es una oportunidad para ganar desde todos los ángulos. No hay nada que perder. Salvaremos el año lectivo, aprenderemos de saberes compartidos inéditos e ingeniosos, seremos un ejemplo a nivel mundial, sumaremos experiencias colectivas de aprendizaje de nivel público y privado nunca antes experimentado y, por sobre todo, haremos de la educación el compromiso de todos de verdad y en la práctica de un país completo.