EFE
BUENOS AIRES - ARGENTINA
Decenas de empresarios y autoridades políticas de todo el mundo apostaron ayer en Buenos Aires por potenciar el diálogo entre el sector público y el privado con el fin de eliminar las barreras que afectan al comercio internacional y articular un marco normativo adaptado a la globalización.
Este martes, el Centro Cultural Kirchner de la ciudad acoge un foro empresarial con motivo de la undécima Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que se celebra en Argentina estos días, un evento inédito con el que la institución busca dar voz a líderes empresariales interesados en contribuir al desarrollo económico a nivel mundial.
“A través de los negocios, muchos de los efectos positivos del comercio se transmiten a nuestras economías. Son los creadores de empleo, su sentido de emprendimiento e innovación es lo que genera oportunidades de crecimiento, prosperidad e inclusión”, afirmó el director general de la OMC, Roberto Azevedo, al dirigirse a los empresarios en la inauguración del evento.
En ese sentido, hizo hincapié en la necesidad de apostar por el comercio electrónico, al considerarlo una herramienta esencial para las empresas emergentes.
Con él coincidió Jack Ma, fundador del gigante chino de internet Alibaba Group, quien pidió a los 164 Estados miembros de la OMC que no se preocupen tanto por las nuevas tecnologías porque, les guste o no, están prácticamente instaladas en el mundo actual.
“Toda revolución tecnológica destruye empleos pero crea más (...). Abrazadla”, apuntó antes de invitar a “mejorar” la organización aprovechándose de la globalización para hacerla más inclusiva, de forma que incluya a todos los países y a todas las personas, especialmente, a las más jóvenes.
“Creo firmemente en la globalización, en el libre comercio y en que la tecnología puede ayudar al mundo”, afirmó el empresario, quien destacó la importancia de apoyar a los negocios más pequeños para que puedan acceder a las tecnologías y a las mismas oportunidades que tuvieron las grandes firmas en los últimos años.
En ese sentido, insistió en que antes de “preocuparse” y comenzar a poner límites a las nuevas tecnologías, los Gobiernos deben esperar a ver sus efectos positivos en la economía y centrarse más en regular otros aspectos, como la propiedad intelectual o la lucha contra el lavado de dinero.