“Hay muchas madres solteras que mientras van a trabajar les damos de comer a sus chicos, y en otras casas hasta quedaron sin empleo. Desde que inició la pandemia estamos con esto, y por la tarde hacemos cocido con coquito, de lunes a viernes”, expresa doña Cecilia intentando que su voz sea más fuerte que la cumbia colombiana que suena en la radio.
Varias de las provisiones, comenta, son acercadas por la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) pero siempre faltan más ingredientes, verduras principalmente. “A veces pedimos un aporte de G. 1.000 o lo que puedan nomás, otras completamos aquí”. Para este servicio la ayudan otras dos vecinas.
Al problema de la crisis económica, doña Cecilia menciona que se suma otra angustia: el constante aumento del nivel del río Paraguay. El agua aún está lejos de su vivienda pero no deja de avanzar. Las inundaciones, estima, ya la obligaron a hacer más de 20 mudanzas temporales de su hogar de toda la vida.
Los pobladores de esta zona ocupaban habitualmente el paseo de 21 Proyectada, donde meses atrás se concretó una campaña de reforestación. “Ahora no sé qué hacer con mi olla popular, todavía no tenemos un lugar para reubicarnos. Si es que me dan un lugar no tan pequeño en un refugio digo que voy a continuar”.
Esta ayuda comunitaria se realiza en varios sectores del Bañado Sur. Por lo que al igual que doña Cecilia también otros hogares donde cocinan para el barrio están comprometidos por el periodo de la nueva crecida. Hasta finales del 2020 se contabilizaron cerca de 17 ollas populares en la zona.
A pesar de que las autoridades municipales y nacionales saben que las inundaciones son cíclicas, la cantidad de albergues nunca son suficientes, o no existen acompañamientos sociales para una planificada reubicación temporal, y las familias damnificadas terminan ocupando espacios públicos.
Ascenso. La proyección del nivel del río Paraguay, hasta los próximos dos meses, es que siga el ascenso, según el jefe de Alerta Temprana de la SEN, Ricardo Pereira. Los eventos cada vez más frecuentes, por ejemplo la sequía y luego lluvias continuas, -afirma- evidencian cómo el cambio climático ya incide en el país.
“Los daños y pérdidas serán cada vez más frecuentes. El aumento de los eventos meteorológicos se encuentra con un aumento de la densidad poblacional que no está acompañado de un ordenamiento territorial y menos de desarrollo sostenible”.