Organismo dependiente del Departamento del Tesoro de los EEUU que fiscaliza las operaciones comerciales con dólares y empresas que operan dentro del sistema americano. Sus siglas se han vuelto famosas con las sanciones aplicadas duramente y en escalada a las empresas de Cartes. Todo empezó con lo de “significativamente corrupto” al que el afectado no le dio importancia. Creyó que eso era una humorada de Blinken y no el anticipo de la pesadilla que le está pasando. Lo dejaron correr para ver si por el camino entendía el tamaño de la calificación. Ganó la presidencia de la ANR, con lo cual confirmó que a algunos paraguayos no les da frío ni calor ser calificados de corruptos. Es una manera de ser. Parte del teko Paraguay. Total, en un país con valores invertidos nadie está muy seguro ni cierto de lo correcto e incorrecto y de lo: justo o injusto. Una buena manera de protección de los corruptos es la respuesta: “ ...y en este país quién no lo es?”. Tuvo que venir otra vez desde el Norte el mensaje de que eso no era lo correcto y que nuestra condición de ir camino a un Estado fallido era un pésimo mensaje para las democracias occidentales y para sus propios intereses. Primero, Abdo dijo que “caiga quien caiga” iba a perseguir la corrupción, pero cayó como pillo y peajero en las garras de un degradado Cartes, contra quien había obtenido su triunfo. OFAC dio un paso más adelante atacando el bolsillo del significativamente corrupto. Le prohibió negociar con dólares y empresas de su país como aquellas que tienen vinculación con el sistema bancario americano. Ahí se le cayó el techo y desde el pasado 26 de enero vive en la intemperie.
Fallaron los controles locales, ya lo sabemos. Tenía comprado el sistema corrupto bien aceitado. Políticos colorados que le prepararon el camino para ser candidato sin tener los años de afiliación y luego a platazo limpio ganar los comicios y dar de comer con el mensalao a unos 50 legisladores, a los que duplicó el salario oficial que recibían. Luego fue mas fácil con la Fiscalía y los jueces a los que domesticó con un Consejo de la Magistratura y Jurado de enjuiciamiento absolutamente serviles.
Tenía el control de la puerta de entrada y salida al sistema de justicia. Durante su gobierno el comercio de mercaderías de contrabando alcanzó ribetes multimillonarios e implicó a grupos criminales fronterizos y globales que se metieron al sistema de logística que había abierto el camino al crimen transnacional. En la misma carga iban cigarrillos, armas, drogas e incluso personas. Los aviones iraníes iban y venía llevando y trayendo cosas inimaginables, y ahí sonaron las alarmas de EEUU y comenzaron a operar en una nueva especialidad de su política exterior: las sanciones. Efectivas, dolorosas y brutales. Le sacan la capa de empresario para convertirlo en traficante y terrorista a él y sus familiares. Lo convierten en un leproso. Si hubiera habido una Justicia local eficiente no hubiera habido necesidad que intervengan desde afuera. Pero ya es muy tarde.
Atentado a nuestra soberanía si lo ha sido el haber convertido nuestra institucionalidad en sirvienta de bastardos intereses. Ya no mandaban políticos, legisladores, jueces ni fiscales. Se impuso la mafia en su sentido actual, ya que históricamente esa expresión era sinónimo de lucha por la soberanía: (morte al franchesi Italia anhela). El acrónimo mafia como comunidad secreta buscaba expulsar al invasor francés en territorio italiano. Aquí al revés. La mafia se convirtió en poder y las instituciones quedaron a su servicio prostituyendo todo a su paso y convirtiendo a sus referentes en figuras admiradas.
Corrupción en todo sentido y campo que llega a su fin. El Norte tarova como le decimos a ese viento que sopla de forma desordenada pero brutal ha llegado al país y ha golpeado con severidad a uno de los factores dominantes de la política por una década. La inclusión a la lista negra es el golpe final, afecta a todas sus empresas, incluido el Partido Colorado. Solo le abren una ventana para pagar una multa en territorio de los EEUU.
Lo más parecido que conocíamos en siglas era OFAT (Oficina Fiscalizadora de Algodón y Tabaco); quién hubiera pensado que una OFAC descubierta por Cartes golpearía tan profundamente al tabacalero con un certero disparo a su quilla.
El hundimiento es solo cuestión de días.