En su homilía dominical, el religioso hizo referencia a las miles de personas que perdieron su trabajo y que les cuesta muchísimo afrontar la pandemia y que esto los está enfermando a todos.
“Estamos ante una terrible situación, cuántas dificultades, en el trabajo, la tensión permanente y las situaciones difíciles en los hogares. La carencia de camas en los hospitales que genera desesperación, no hay remedios. ¿Qué sería por ejemplo si se acabaran las ollas populares en estos momentos? ¿Qué comerían muchos de nuestros compatriotas, más pobres entre los pobres?”, preguntó el obispo.
Además, señaló que en este tiempo de pandemia, hemos perdido muchas cosas: trabajo, dinero, salud e incluso hemos perdido a seres queridos. “Nos queda creer, confiar y tener fe, para que el Señor nos salve, como lo hizo con Pedro y le dijo cuando se estaba hundiendo en el agua “Tu fe te ha salvado”, enfatizó.
El obispo hizo un llamado a todos los fieles y exclamó que este es el momento de recoger la valentía, la audacia y sentir como que van dirigida hacia nosotros la palabra del Señor, cuando dijo a Pedro, caminando sobre las aguas: “Ánimo, coraje, soy yo! ¡No tengas miedo! Qué palabras tan lindas, sabrosas no para el oído, sino para el alma. El espíritu especial, esa palabra del viento. La palabra ánimo, procede de la palabra alma”, alentó. DB
Caacupé