Durante el rezo dominical de la misa en la Basílica de Caacupé, el celebrante, monseñor Ricardo Valenzuela, en el día de Corpus Christ, exaltó la fecha y su solemnidad agregando que esta celebración viene a ser un nuevo despertar cada año para nosotros, la admiración y la maravilla ante este misterio que es el denominado Corpus Christi.
La extraordinaria solemnidad y luminosidad de esta fiesta que alcanzó a la Iglesia Católica, donde mucho tiempo la fiesta del Corpus Christi fue la única procesión de costumbre de toda la cristiandad y también la más solemne.
Antes no se recibía la Eucaristía tan frecuentemente. Y, al contrario, cuando uno iba a recibir antiguamente, tenía que ser en ayunas y una confesión.
Hoy, prácticamente todos se acercan normalmente a la Eucaristía. La misa es para que uno reciba la comunión. Sin embargo, el recibir la comunión sin los requisitos exigidos tiene sus riesgos, expresó.
“Oremos para que la participación en la Eucaristía nos empuje siempre cada vez que recibimos la comunión, a pedirle al Señor cada día más y más, hacerse instrumento de conversión, no de división. A compartir con él, y con los demás, lo que nosotros somos. Cristianos de verdad, cristianos íntegros, auténticos, cristianos honrados y cristianos servidores y serviciales”, remarcó Valenzuela. DB