‘‘¿Hemos fracasado como Iglesia? ¿Ha fracasado la evangelización? ¿Somos la Iglesia que debemos ser?’’.
Buscando responder estas preguntas y haciendo una autocrítica a la Iglesia Católica paraguaya, monseñor Francisco Javier Pistilli, obispo de Encarnación, celebró ayer la misa central en la Basílica Santuario de Caacupé, en el cuarto día del novenario de la Virgen de los Milagros.
El religioso centró su homilía en el compromiso de la Iglesia con los laicos y se preguntó si ¿podemos decir que hemos santificado nuestra realidad? Esto teniendo en cuenta que estadísticamente Paraguay es un país en su mayoría cristiano y católico.
‘‘Si hemos formado durante generaciones laicos, padres y madres de familia, maestros, obreros, comerciantes, artistas, profesionales en nuestras universidades católicas, si jueces, legisladores, autoridades municipales, departamentales y nacionales se han formado en familias católicas: ¿Estamos cumpliendo nuestro compromiso cristiano como pueblo de Dios en nuestras diócesis, parroquias y movimientos’’, reflexionó el obispo.
En el sentido de esta misma crítica, mencionó que sacerdotes, consagradas y consagrados, catequistas y sacristanes no están ajenos a la lista de los que fallaron y desilusionaron.
Señaló que la santificación del mundo no se realiza únicamente desde el púlpito, recordando lo que se debe hacer, sino en el ejercicio de lo que es debido.
El religioso insistió en que cada bautizado debe recordar su compromiso: como papá y mamá, como médico y personal de salud, como funcionario público, como abogado, periodista, como influencer, como autoridad, como juez, fiscal, soldado, policía, campesino o empresario, etc.
También criticó duramente a las autoridades eclesiásticas que hacen uso del poder y los llamó “clericalistas” porque se esconden bajo la sotana o el hábito y no asumen su responsabilidad en el mundo como adultos en la fe. ‘‘El compromiso es vivir la autoridad como servicio y enriquecer la comunidad con la responsabilidad compartida’’, refirió.
Mons. Pistilli hizo referencia a los “capillistas” que se “aíslan del mundo” y que se consideran a sí mismos como los únicos santos y puros y que todos los demás son cristianos mediocres. ‘‘El compromiso es ser uno en la diversidad, y sumar a todos’’, indicó.
MIEDO. Monseñor Javier Pistilli hizo referencia al uso de las redes sociales para infundir miedo y lamentó que haya cristianos comprometidos con el miedo, una emoción que ‘‘magnifica los males, crea fantasmas donde no necesariamente los hay, crea los caldos de cultivo de las sopas conspirativas, de la sugestión de masas con ideas tóxicas y promueve la violencia frente a otras maneras de comprender la realidad’’.
En este sentido, pidió usar las redes sociales y los espacios de opinión correctamente y que seamos vacunas, no virus que enferman más a la comunidad. ‘‘Ser vacuna significa que conocemos el mal, pero somos capaces de neutralizarlo y fortalecer la salud.
La festividad de la Virgen de Caacupé arrancó el domingo con una concurrencia masiva de fieles tras dos años de no poder peregrinar hasta la Basílica debido a las restricciones por la pandemia del Covid.
Si bien el encuentro con la Virgen es posible debido a la situación epidemiológica favorable, la festividad se realiza con un protocolo estricto.