Para frenar el avance del coronavirus es vital contar con una vacuna, para lo cual muchos laboratorios están en la búsqueda de la dosis. Uno de ellos es Sanofi Pasteur, que está trabajando activamente desde el inicio de la pandemia en la investigación de posibles vacunas y colaborando con organismos internacionales.
Se encuentra en la fase preclínica, es decir, antes de ser probada en personas, explicó Hugo Dibarboure, gerente de Asuntos Públicos de Sanofi Pasteur para el Cono Sur, a Última Hora. Destacó que actualmente hay dos modelos candidatos que son estudiados.
El avance de la pandemia es muy rápido, ante esto la firma se alió con otra compañía líder en la producción de vacunas, GSK, a fin de obtener lo antes posible el biológico. “Como parte de este acuerdo, Sanofi proveerá el antígeno producido mediante tecnología recombinante, lo que ayudaría a encontrar un rápido camino para desarrollar una vacuna contra el Covid-19.
Esta tecnología recombinante ha sido usada por la compañía en una nueva vacuna contra la influenza. GSK proveerá por su parte tecnología de adyuvante –AS03– para ayudar a aumentar la respuesta inmunitaria”, expresó.
Dibarboure explicó que un adyuvante es una sustancia que se le añade al antígeno de la vacuna para ayudar a generar una mejor respuesta inmunitaria. Este adyuvante ya ha sido usado en vacunas pandémicas contra la influenza.
“El objetivo de ambas compañías es combinar tecnologías innovadoras para desarrollar una vacuna adyuvantada contra el Covid-19. Nuestro objetivo es poder registrar la vacuna en alrededor de 18 meses”.
Acotó que tienen como meta iniciar los estudios clínicos de fase I (que es la fase de prueba en humanos por primera vez) en la segunda mitad del 2020. Si los resultados son exitosos, y dependiendo de consideraciones regulatorias, el objetivo es completar el desarrollo para la segunda mitad del 2021.
DESAFÍO
En el desarrollo de una nueva vacuna se deben cumplir varias etapas conocidas como las fases de estudios clínicos que pueden durar alrededor de 5-8 años en vacunas clásicas. Cuando los resultados de estos estudios clínicos son generados, son recopilados y se someten a revisión de las autoridades regulatorias para obtener la aprobación de comercialización de las vacunas. “Es nuestro desafío que el período del desarrollo de la vacuna contra el Covid-19 sea lo más corto posible para poder registrarla luego de este proceso”.
El desarrollo de una vacuna es complejo y muy distinto del desarrollo de un fármaco, explicó al resaltar que son productos biológicos elaborados a partir de microorganismos (virus o bacterias). “Una vez que se ha aprobado su uso en personas y habiéndose demostrado su seguridad y eficacia, el tiempo para su producción varía según el tipo de vacuna, pero el promedio es de alrededor de 24 meses. Este proceso de elaboración lleva más tiempo que el de un medicamento, principalmente debido a los estrictos requisitos de seguridad y eficacia del producto final. El 70% del tiempo de la producción de vacunas está dedicado al control de calidad”.
Dibarboure comentó que será una vacuna recombinante que se produce de manera diferente a las demás. Se basará en la producción de una proteína específica de la superficie del virus, lo que la hace más segura que otras, como por ejemplo, las vacunas a virus vivos.
Destacó que el acceso global a las vacunas contra el Covid-19 es una prioridad.
“Estamos comprometidos para que cualquier vacuna que pueda desarrollarse mediante esta colaboración sea asequible al público y mediante mecanismos que ofrezcan un acceso justo para la gente en todos los países. Además, seguramente la implementación se realizará de acuerdo a las directrices de los organismos regulatorios y de salud internacionales”.